Un buen sábado en Zarautz, pintxos y playa en buena compañía y una paliza de viaje de ida y vuelta. 1063 kilómetros en total para ir a ver a Evaristo cumplir un sueño que, lamentablemente (o incluso se puede considerar que afortunadamente visto lo visto) no cumplió. Porque hay bastantes cosas extrañas en ese tema. Estoy investigando un poco (tampoco mucho, que lo hago gratis) y hay cosas cuanto menos sospechosas. Así que ya os contaré todo lo que pueda averiguar y contaré algo más de la ida, la permanencia y la vuelta en tierras guipuzcoanas.
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