jueves, 22 de septiembre de 2011

Pequeñas tonterías

Después de haberme llamado todas las mañanas desde hace diez días y de darse cuenta cada vez que llamaban que mi teléfono estaba apagado (no lo llevo al trabajo, si alguien quiere localizarme urgentemente sabe cómo hacerlo) por fin se animaron a llamarme un día por la tarde, a ver si el teléfono estaba operativo. Y sí, dieron en el clavo. Era, como ya sabía (eso de googlear los números que me llaman y no tengo en mi agenda suele funcionar), del banco con el que opero. Al otro lado del receptor una amable señorita hacia la que no tengo nada en contra. La conversación fue más o menos la siguiente:

-Buenas tardes, ¿hablo con (mi nombre y mis dos apellidos)?
-Sí
 -Buenas tardes, le llamo en nombre del (nombre de mi banco) para ofrecerle unos servicios. La conversación está siendo grabada, ¿está de acuerdo?
-Sí
-Le llamaba para ofrecerle nuestro préstamo...
-No me interesa
-Pero si aún no le he explicado nada
-Y yo le digo que no me interesa
-Pero...
-Mire señorita, aprovechando que esta conversación está siendo grabada le voy a decir una cosina. Lo que tenga que ofrecerme el banco que me lo envíe única y exclusivamente por vía postal a mi domicilio. No me vuelvan a hacer perder el tiempo llamándome por teléfono a no ser que sea para regalarme dinero. ¿Sigue grabando la conversación? Porque si no ha quedado claro se lo repito
Tras unos segundos de silencio, la señorita finalmente responde:
-Sí, está siendo grabada la conversación. Entonces no desea ninguna información sobre nuestras promociones.
-Ya le he dicho que por vía postal lo que quieran, pero no me vuelvan a llamar. Es más...¿sigue grabando? Pues le digo, que aunque al (nombre del banco completo y remarcado palabra por palabra) no le importe demasiado, como vuelva a recibir una llamada de este tipo en su nombre usaré mi libertad como consumidor de servicios y cancelaré la cuenta yéndome a la competencia. Creo que ha quedado claro, ¿no? Buenas tardes.

Y colgué. Ya sé que la amable señorita no tiene la culpa de nada, estaba ejerciendo su trabajo y, como casi todos, es una mandada. Ya sé que la conversación grabada no va a llegar ni a las altas instancias ni tan siquiera a las medias. Es más, ya sé que me volverán a llamar y les vuelva a decir lo mismo. También sé que si voy a cancelar la cuenta, aunque les importe una mierda me van a poner trabas y problemas y que no la cambiaré por comodidad...

Pero que queréis que os diga. Me quedé muy a gusto conmigo mismo. Es una de esas pequeñas tonterías que te dejan buen sabor de boca, pequeñas venganzas que te alegran el día

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