jueves, 29 de noviembre de 2012
10 canciones "famosas" que aborrezco
A lo largo de la historia de la música
siempre ha habido canciones que han roto las listas de ventas, que han
llegado a número 1 y que han gustado a mucha gente, fans o no fans de
los grupos o artistas de los que procedían. Pero la parte contraria de
tal éxito, es cuando llegas al otro extremo: escuchas tantas y tantas
veces la misma canción, en tantos sitios diferentes, que terminas
aborreciéndola y lo que en un principio parecía una canción más o menos buena, que incluso tenía su punto, termina siendo una canción monótona,
aburrida y muy cansina. Aunque hay otras que ya lo son desde la primera escucha.
Ahí va un Top Ten de las canciones que aborrezco por diferentes motivos. Se podría cambiar el orden de todas menos el de la que encabeza la lista. Ya sé que algún palo me va a caer, sé que alguno de los presentes en la lista es el favorito de alguno de vosotros, pero es lo que hay. Podría añadir muchísimas más, pero éstas son las que primero me han venido a la mente. Espero que aportéis las vuestras.
10- James Blunt. You're beautiful.
Sí, decían que era muy bonita, muy sentida, pero entre las promos de Antena 3 y los anuncios de politonos terminé hasta arriba de la canción. Desde el principio me pareció ñoña, al final la terminé odiando de tanto escucharla.
9- Macaco. Moving
Otra canción escuchada hasta en el hilo musical del dentista. Aparte, el tío no me cae bien y considero su imagen de buenrrollismo de Los 40 una pose.
8- Los Del Río. Macarena
Cuando la oigo no puedo evitar pensar en Lorenzo Sanz haciendo el ridículo bailando en una celebración de Madrid y en Clinton haciendo lo mismo en la Casa Blanca. Por no hablar de la gente que la bailaba en las discotecas en lan coreografía coral. Y pensar que es el mayor éxito mundial de la música hecha en España...
7- David Bisbal. Ave María
La turra que nos dio (y sigue dando) el ricitos de OT es monumental. No es guapo, no canta bien, ni siquiera es simpático y por lo que parece, muchas luces no tiene. Nunca podré entender el porqué de su éxito. Ah, sí, el marketing.
6- Shakira. La tortura
Según me dijo una amiga, el problema que tengo con Shakira es que no entiendo la profundidad de sus letras. Lo que pasa es que no entiendo sus letras, parece que canta con la boca llena (ahora algún lector está pensando en futbolistas...). Esta canción es otra muestra de abuso por arte de radiofórmulas, televisiones, bares, pubs y discotecas (y así vuelan los años). Para colmo, no está tan buena. Y para rematar la jugada, la presencia de Alejandro Sanz, ese cansautor sobrevalorado que ha hecho del cantar llorando un arte seguido por otros muchos cansautores.
5- Michel Telo. Ai si eu te pego
El "sumum" de la simpleza. Una letra vacía, un ritmo simplón y que dos millonarios hiciesen un bailecito ejerciendo su trabajo en un campo de fútbol hicieron de este tema un éxito rotundo. Una de esas canciones que me hacen salir de un bar en el momento que comienza.
4- PSY. Gagnam style
La más reciente. Suena por todas partes, ritmo machacón y letra indescifrable. Totalmente horrendo...
3- Rihanna. Umbrella
Como casi todas las anteriores, sufrí un profundo rechazo la primera vez que la escuché. Tras escucharla 7 veces una noche de marcha terminé odiándola con todas mis fuerzas. Aunque es peor una versión rockabilly que hicieron...
2- Baute & Sánchez. Colgando en tus manos
Sí, decían que era muy bonita, muy sentida, pero entre las promos de
Antena 3 y los anuncios de politonos terminé hasta arriba de la canción.
Desde el principio me pareció ñoña, al final la terminé odiando de
tanto escucharla. ¿Os suena el comentario? Es el mismo que hice con la canción nº 10 de esta lista. Multiplicadlo por 20.
1- Alejandro Sanz. Corazón partío
El llorón oficial de la música en español con un ritmo aflamencado de los malos. Reconozco que alguna canción buena tiene, pero ésta es la peor. No puedo soportarla.
domingo, 25 de noviembre de 2012
Otro domingo
Lo de no salir por las noches me sienta bien. Levantarme pronto, dar una vuelta, tomar un par de cafés con la consiguiente tertulia futbolera con Steaf, que tras la derrota del Madrid ha sido monográfica sobre Mourinho, leer la prensa deportiva madridista en la que aparte de las contradicciones sobre el árbitro se ve la resignación de Hernáez y el victimismo de Roncero, dos de los periodistas más impresentables (en mi opinión) que hay en ese mundo, hacer un par de recados y volver a casa.
Sol y buena temperatura. El Barça B le gana al Racing 4-1. No sé por qué, pero me alegra ver al Racing tan abajo. En un rato haré la comida y daré otra vuelta antes de instalar el televisor pequeño para poder ver a la vez la F1 y el City- Chelsea. Tarde deportiva, como casi todas las de los fines de semana.
Y mañana a volver a la rutina laboral.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Sábado por la mañana
Levantarme pronto. Un vaso de leche mientras escucho una interesante entrevista a José Sacristán, más por las respuestas que por las preguntas de la inaguantable y pelota Isabel Gemio. Dar una vuelta y pararme en la playa. Mirar a la ría y ver el cielo azul con un trozo de arco iris. Mirar hacia el puerto y ver el cielo gris oscuro con un trozo de arco iris. Caminar un rato, tomar un par de cafés y leer la prensa escuchando las voces de los paisanos que juega su partida de cartas.
San Ciprían, 11:05 A. M. |
Salir del bar y ver que el cielo ya es uniforme, todo gris, que caen bastantes gotas y que da la sensación de que el viento me va a hacer volar. Decidir volver a casa esperando que pare un poco. Dos llamadas de teléfono de la misma persona, ese que el domingo dijo que no volvía a salir hasta Nochevieja y no llegó a casa desde que salió ayer...
San Ciprián, 20 minutos después |
Aún quedan cosas por hacer. Ir al supermercado, hacer la comida y pensar si ir o no a Burela a ver el fútbol sala, que con el día que hace no apetece mucho y, además lo echan por la tele. Mientras espero que pare el molesto viento escribo estas líneas y miro papeles que tirar, que igual lleno un contenedor de papel de los grandes...
Y el cielo cada vez está más gris...
viernes, 23 de noviembre de 2012
Leche con galletas
Frío. Aún con las persianas bajadas sé que llueve porque escucho el choque de las gotas sobre el suelo de mi calle. Fútbol sin sonido en la tele, música de Javier Alía mientras pienso y escribo.
La semana ha sido dura, más mental que físicamente. A eso hay que sumar a algunos "compañeros" que te tocan la moral bastante más de lo que o hacen habitualmente da como resultado que desease mucho más que llegara el fin de semana. Comer y dormir 4 horas producto del agotamiento, creo que eso no se puede considerar siesta, ¿verdad?
Fin de semana. No saldré, hay que ir organizando todo y empezar a pensar en preparar cosas, que si todo va bien la próxima semana será la última de trabajo del año y comenzaré las vacaciones. Y sí, creo que me las merezco. Desconectar, hacer kilómetros, familia, amigos ("madrileños", id haciendo hueco en la agenda) e incluso alguna locura, como todos los años. Lo más importante es pasar tiempo con la gente a la que más quiero en mi vida.
Pero bueno, todavía falta una semana. Para empezar, mañana toca limpiar un poco y or la tarde a ver el fútbol sala , Burela- Inter Movistar. Se barrunta otra derrota de los naranjas, pero igual dan la sorpresa. Luego ya se verá lo que hago. De momento voy a tomarme un tazón de leche con galletas...
martes, 20 de noviembre de 2012
Por joder
Cena, fútbol y relax. A veces salgo del trabajo estresado y hoy ha sido una de esas veces. Y no por el trabajo en sí, sino por cierta gente que en vez de dejarte trabajar en paz lo único que hace es complicarte la existencia. Personas que por mucho que les digas las cosas y por mucho que lleves la razón se toman a risa lo que dices y te hace cabrear. Gente que se dedica a tocar y revolver las cosas complicándote el trabajo, haciendo preguntas absurdas sabiendo que yo no tengo la respuesta, intentando tomar decisiones sabiendo que soy yo quien tengo que tomar esa decisión y que le tengo que decir que no, queriendo que quede como el malo de la situación. Supongo que no serán así en su vida cotidiana, supongo que cuando van a un bar no se meten dentro de la barra para servirse ante la mirada del camarero, o cuando van a la farmacia, el estanco o la carnicería piden lo que quieren y no andan revolviendo las cosas que hay encima del mostrador. Pues eso es lo que hacen algunos de mis "compañeros".
La verdad, ya no sé si son tontos, están sordos o lo hacen por joder(me). Y luego el raro soy yo.
martes, 13 de noviembre de 2012
Cinco escritores que aborrezco
A veces me viene a la cabeza aquella extraña manía que tenía Rob Fleming de hacer listas de cinco cosas (películas, canciones, discos, bandas sonoras, grupos, libros). A veces me dan ganas de hacer listas a mí ambién, pero nunca me pongo de acuerdo conmigo mismo. Pero esta tarde he estado pensando que hay una que no hizo Rob y que yo sí puedo hacer, la lista de los 5 escritores que aborrezco. A ver si os gusta:
5- El que escribió "Lo peor de todo"
4- El que escribió "Caídos del cielo"
3- El director de la película "La pistola de mi hermano", basada en el libro mencionado en el punto anterior
2- El ex de Christina Rosenvinge
1- Ray Loriga.
domingo, 11 de noviembre de 2012
Raíces cuadradas
Hacía tiempo que no me acostaba a las 3 de la mañana por culpa de un libro. Ayer volvió a ocurrir con "La marca del meridiano" de Lorenzo Silva. Pero una vez en la cama era incapaz de dormirme. Así que se me vinieron a la cabeza muchas cosas. Libros, música, recuerdos infantiles, del colegio, del instituto...
Y empecé a pensar en las matemáticas que nos enseñaban y su utilidad práctica. Trigonometría, ecuaciones y demás. Hasta que llegué al tema al que más vueltas le di.
¿Para qué nos torturaban enseñándonos a hacer raíces cuadradas? ¿Qué utilidad real tiene calcularlas a mano cuando la calculadora más sencilla tiene esa función? ¿Las utiliza alguien en su vida laboral? Y por último, ¿hay alguien que las aprendiera en el colegio o en el instituto que recuerde cómo se resuelven?
Queridos lectores habituales, ocasionales y despistados que llegáis por casualidad, a ver si podéis resolver alguna de mis dudas.
jueves, 8 de noviembre de 2012
Un regalo para alguien muy especial
Me he pasado el día pensando en ti. Sí, ya sé que sabes
que pienso en ti a menudo, pero hoy sólo he pensado en ti. Porque he tenido que
hacer memoria de todo lo que hemos pasado juntos en estos años para que las
palabras que te escriba sean un regalo especial. Y sé que por mucho que escriba
no va a estar a la altura que mereces.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel verano luanquín en
el que una serie de casualidades cruzaron nuestros caminos. Lo más seguro es
que no sepas cómo fue el inicio. Te lo contaré.
Era un día gris de esos que abundan en el verano
norteño, un día de esos que aunque no apetezca mucho ir a la playa la gente va.
No me apetecía, pero mi tío me convenció para ir a jugar un poco al fútbol y en
eso estábamos cuando dos chavales nos dijeron si nos apetecía un dos para dos.
Alberto y Pablo acababan de llegar a Luanco y no conocían a nadie, así que
después de la playa quedamos para dar una vuelta y tomar algo. Seguro que esta
historia no te suena de nada.
Días después conocimos a unas chicas de Oviedo. A
Alberto le gustaba mucho una de ellas y andábamos por ahí como se andaba a esa
edad como se andaba por aquellos tiempos. Igual esta parte te suena más, pues
una de esas chicas era tu prima. Y pocos días después tú apareciste con ella…
Congeniamos. Tú eras diferente y ya dabas muestras de
esa rebeldía que es una de tus características. Además, no sé cómo, supiste ver
lo que había tras la máscara de autodefensa que casi siempre llevo puesta (me
lo confesaste años después).
El verano acabó. Volviste a Madrid, esa ciudad que
odias y amas a partes iguales. Largas cartas de ida y vuelta en las que hablábamos
de muchas cosas, sobre todo de lo que echabas de menos mi/ tu/ nuestro pueblo.
¿Te puedes creer que todavía las tengo? Algún día las releeremos.
Llegó el verano y no regresaste, “gracias” a tu
rebeldía te castigaron. Pero seguíamos en contacto. Y llegó otro verano. Y
otro. Y otro. Y más veranos. Y esta vez tú estabas en ellos. Paseos por el
Cabildo, la playa, el Gayo, refrescos en La Rula, pipas sentados en el muro del
Muelle. Y te ibas pronto a casa, mientras que yo vivía mis particulares “nuits fauves”.
Al día siguiente eras tú la que aguantaba mis resacas. También estaban aquellos
días que salías y te acompañaba a casa, largo camino de subida hablando y más
conversación en la puerta hasta que tu madre o tu padre abrían y decían que ya
era hora de callar…
Juntos, solos o acompañados, por la gente del
principio (a la que he perdido la pista) o nueva gente (a la que hace tiempo
que no veo). Buenos momentos, malos también, apoyándonos mutuamente. Los
veranos eran así y daban para llenar de recuerdos todo el largo invierno. Y si
no se llenaban para eso estaban aquellas cartas.
Nos hicimos mayores y algo cambió. Los veranos eran más
cortos por culpa del trabajo y apenas coincidíamos. Y las cartas quedaron a un
lado con la llegada de los móviles e Internet. Llamadas, SMS, algún e-mail… Un
encuentro de unas horas en Luanco y 7 años de comunicación virtual. Hasta un frío
día de diciembre en Madrid. Nada de lo esencial había cambiado y hasta comprar
en el Alcampo de La Vaguada es una aventura agradable si estoy a tu lado.
Te prometí que no ibas a tardar 7 años en volver a
verme y 7 meses después de esa promesa la cumplí. Un día de locura, una paliza
de coche para pasar unas horas a tu lado con la compañía de tu querido Bourbon,
paseando por Sanxenxo y Portonovo, compartiendo momentos, confidencias y risas
en lo que fue el mejor día de mi verano de este año.
Sí, estoy pensando en ti. En tu sonrisa, en tu
mirada. En todas la palabras que te describen. Rebelde, inconformista, fuerte,
independiente, comprometida, cariñosa, solidaria, especial. Bella por dentro y por fuera.
Una de las pocas personas que logra sacar lo mejor de mí y por la que intentaría
hacer lo imposible.
Pienso en ti y en que desearía estar hoy contigo, en
esa fiesta solidaria en la que celebras tu cumpleaños. Una forma diferente de
celebrarlo que subraya todas esa cualidades que enumeré antes. Una fiesta con música
en directo en la que la recaudación irá destinada a una protectora de animales.
Ya el año pasado lo hiciste destinando el dinero a Médicos sin Fronteras.
Te echo de menos. Mucho. A veces querría estar a 600
kilómetros de donde estoy, contigo, disfrutando, bebiéndonos la vida, comiéndonos
el mundo, como siempre hacemos cuando estamos juntos.
Feliz cumpleaños, Maud Dessaint, que todos tus sueños
se cumplan. Te quiero. Siempre. Para siempre.
domingo, 4 de noviembre de 2012
Fanatismo en la prensa deportiva
Que el fanatismo y el extremismo de ciertos periodistas te hagan dejar de leer un diario o silenciar la televisión cuando hablan es el más claro síntoma de la situación del periodismo deportivo en este país. El colmo es que silencies la TV para no escuchar las gilipolleces de Lobato en A3, que provocan un sentimiento de casi rechazo a que gane su favorito y lo primero que escuches en una emisora de radio (COPE) es que un piloto (Grosjean) es un enfermo mental.
Cierto es que en el tiempo de las redes sociales, durante un partido o una carrera de F1 puedes leer muchas burradas por parte de aficionados a dichos eventos. Pero cuando esa clase de cosas las dice un periodista durante el ejercicio de su profesión me parece totalmente inadecuado. Claro que un periodista, como persona que es, puede tener sus filias y sus fobias, ser de un equipo u otro o apoyar un piloto o a otro. Pero en el ejercicio de su profesión debería de ser lo más imparcial posible. No se te puede notar la alegría porque a un piloto se le pare el coche o achacar el buen trabajo de alguien a la buena suerte o la mala suerte de tu piloto favorito, Lobato. No se puede insultar a unos colores por el mero hecho de no ser los tuyos, Hernáez, Roncero o demás tertulianos de Punto Pelota o Futboleros. Podríais ayudar, lectores y dar más nombres. Incluso se debería ser imparcial al narrar partidos de una selección nacional, aunque sea la propia.
Recuerdo una frase de aquel periodista de basket, Pedro Barthe en un partido de la selección. "A estos yugoslavos había que echarles del mundo". Le cayeron palos por todas partes, cosa por otro lado normal. Años después esta misma frase pasaría totalmente desapercibida con todo con lo que se ve, lee y escucha.
Menos mal que siempre quedan oasis en el desierto y buenos periodistas a los que es un gusto seguir.
sábado, 3 de noviembre de 2012
Descolocado
Lo que tiene un puente en el que no viajas es que no sabes muy bien en qué día vives. Y si sales el primer día de ese puente y haces el loco, normalmente pierdes un día. Y si un inoportuno resbalón te hace caer y golpearte lo más seguro es que te limite un poco. Es el peligro que corres si sales con Mr. Showtime.
Así que todo el día de ayer tuve la sensación de que era sábado y parte del día de hoy me parecía domingo. Pero no, hoy es sábado. Así que ha tocado limpiar un poco, ir al super y ver un poco de F1 y Premier League, recibir whatsapps de Mr. Showtime y Alonso y quedar con el segundo para ver en el Pedregal el Barça- Celta deante de unas riquísimas tapas y unas cervezas (él) y Red Bulls (sí, yo he dejado el camino del exceso). Una buena charla y despedida.
Así que ya en casa, pijama, bata, Javier Ares en la radio y Juve- Inter en la tele, con gol ilegal de la Juve a los 20 segundos. Con las tapas creo que no cenaré, mientras transcurra el Valencia- Atlético me tomaré un vaso de leche y a la cama.
Y aún queda un día de descanso. Y me lo voy a tomar de descanso absoluto. El golpe en el tobillo casi no duele, pero habrá que recuperarlo del todo para que no pase factura durante la semana laboral. Y además juega el Marino...
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