jueves, 31 de marzo de 2011

El poder de una foto

Una foto. Una simple foto puede hacer que la situación y el estado de ánimo de una persona cambien radicalmente para bien y para mal. Podríamos contar y no parar casos en los que una foto han destruido vidas, carreras políticas, empresariales, deportivas y de otros ámbitos, aunque también una foto oportuna puede tener el efecto contrario.

Últimamente me ocurre a menudo, una foto cambia mi estado de ánimo, aunque normalmente esas fotos que recibo de la princesita de la casa alegran mis días tristes y mejoran mis días alegres.

Pero ayer, por casualidad, me topé con una foto de las que, en otra situación, no me habría producido ningún efecto, pero en ese momento produjo una reacción negativa. No era más que una foto normal, pero abrió en mi cerebro una tormenta de ideas negativas y un montón de preguntas de las que no tengo respuesta. Una foto en la que vosotros no veréis nada especial, pero yo vi (o me imaginé) muchas cosas.

La cuestión es que me bajó el ánimo y la moral y me fui a la cama pensando en varias cosas sucedidas en los últimos meses, inventándome las contestaciones a esas preguntas sin respuesta de las que hablaba antes y pensando que la noche iba a ser larga y que no iba a pegar ojo.

Pero, y rara vez me ocurre, el cansancio físico acumulado en los últimos días venció al cacao mental en el que estaba sumido y dormí plácidamente… aunque volviste a aparecer en mis sueños.

Hoy ha sido un buen día, aunque a veces tengo que contar hasta 10 para no cabrearme. Y después de trabajar, un buen paseo para intentar positivizar los pensamientos negativos y sacar provecho de ellos.

P.D.: Hoy hace 4 años que creé este blog, llovía y hacía frío, todo lo contrario que hoy. Así que en el día del cumpleaños de Nadie vale más que otro quiero felicitar por su cumpleaños a dos personas: mi madre y Diego

martes, 29 de marzo de 2011

Cada vez me importa menos


Sigo sin entender a esa gente que te pide sinceridad y opiniones diferentes a las suyas y cuando se las das a lo único que se dedica es a echar por tierra todo lo que digas sin ni siquiera analizarlo. Pero, la verdad, cada vez me importa menos.

Sigo sin entender que haya gente que me critique y me llame egoísta por no plegarme a sus deseos y hacer lo que en realidad me apetece. Pero, la verdad, cada vez me importa menos.

Sigo sin entender cómo hay gente que se consideran “amigos” de una persona y a la mínima oportunidad le clavan un puñal en la espalda. Pero, la verdad, cada vez me importa menos.

Sigo sin entender a la gente que alaba el giro que le has dado a tu vida cuando en lo fundamental los que han cambiado son ellos y tú no has cambiado nada. Pero, la verdad, cada vez me importa menos.

Sí, cada vez me importa menos lo que digan, lo que hagan, lo que opinen o no opinen de mi vida, porque no voy a hacerles caso. Deben tener una vida muy aburrida para tener que criticar la mía, que sí que es aburrida. Las opiniones que de verdad me pueden llegar a afectar son las de mi gente, esos que siempre han estado ahí y nunca me han dado la espalda.

Sí, hace un tiempo, siguiendo un buen consejo decidí dejar de preocuparme por los demás y preocuparme por mí, hacer lo que me apeteciera, ser egoísta, pero siempre con un límite: que mi egoísmo no afectase negativamente a nadie. Y creo que lo voy cumpliendo. Y me siento mucho mejor.

Así que ya sabéis lo que tenéis que hacer, no perdáis el tiempo pensando en negativo sobre mí, pues aquí tenéis mi opinión sobre el asunto. Ahora solamente os queda echarla por tierra.

Saludos.

domingo, 27 de marzo de 2011

Y el derby, como es habitual, fue para el Marino

Vivir los partidos del Marino desde la distancia es duro, pero vivir el derby contra el Candás es mucho más que eso. Por lo menos, y gracias a Onda Peñes, hoy he podido vivirlo en directo por Internet. Con la compañía de la emisora local y una cervecina me lo han hecho vivir como si estuviese en Miramar. Golito tempranero, oportunidades para el 2º y victoria, como casi siempre, ante el máximo rival, que no nos gana en Liga desde el siglo pasado. Y además ya estamos clasificados para el ascenso, a ver si lo hacemos como campeones de grupo. Así que un fin de semana extraño acaba con la alegría futbolística que me da mi Marinín.

Saludos a todos los Marinistas, sobre todo a los que como yo tuvimos que vivir el derby desde la distancia (Felipe, habría que verte por allá abajo con la bufanda puesta y a 25 grados, jeje)

martes, 22 de marzo de 2011

Tres


Hubo una época no muy lejana en el tiempo en la que la vida me aburría, todos los días eran iguales y lo único que hacía al llegar a casa era tirarme en el sofá y dejar pasar las horas hasta irme a la cama. No encontraba ninguna motivación para moverme y dejaba pasar los días sin hacer nada…

Hace tres meses que llegaste a mi vida y contigo apareció una motivación. Y aunque en estos tres meses solamente hemos pasado 6 días juntos estoy seguro de decir la verdad cuando afirmo que eres uno de los motores (quizás el más importante) que mueve mi vida. Eres el motivo que hace que cuando me levanto y me miro al espejo vea una sonrisa y no la mueca de desagrado que veía antes, eres la persona en la que pienso cuando las cosas van mal y haces que me anime. En fin, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.

Lo único que necesitaría es que estuvieras más cerca de lo que estás para verte más. Y aunque no es consuelo, la alegría que siento cuando abro el correo y veo que tengo nuevas fotos tuyas me da fuerza. Me paso mucho tiempo mirándote, esa cara, esos ojazos azules, esa sonrisa que tienes a veces. Y muchos me tomarán por loco, pero viendo las fotos hablo contigo y me siento bien (Ramón puede dar fe de que esto es cierto).

Tres meses. Ahora el tiempo pasa demasiado rápido. Pronto te volveré a ver.

lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera

Primavera. Ligero resfriado, pies fríos y corazón y cabeza calientes. El coche en el taller, mañana habrá que ir a trabajar andando, así que esperemos que no llueva. No ha sido un lunes que se me haya hecho muy cuesta arriba y aún así lo único que he hecho ha sido regalarme un libro por mi santo (algo que por otra parte nunca he celebrado). Tarde de sofá y tele, de ordenar fotos, tarde de pensar en alguna que otra tontería relacionada contigo. Hoy he pensado en ti menos de lo habitual, pero sigues ocupando una parte importante de mis pensamientos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Una semana diferente y ganas de no hacer nada

Sábado extraño. Tirado en el sofá, sin ganas de hacer nada y pensando en las mismas tonterías de siempre. Aparte, le doy vueltas a hacer una de esas locuras que hago de vez en cuando dentro de dos fines de semana. Y solito en casa después de una buena semanita acompañado, que a veces se agradece la compañía.

Como ya había contado, el fin de semana pasado vinieron unos amiguetes de Luanco y  el domingo uno de ellos, como no tenía nada que hacer decidió quedarse hasta ayer viernes. Me ha venido bien la compañía de Ramón, nos hemos puesto al día, ya que él también es una de esas leyendas urbanas que decía Tini Areces y anda estos últimos años recorriendo España y parte de Europa por motivos laborales. ¡Ay, Vicentín, en Asturias hay trabajo para todos!, menos mal que te vas, eso sí, seguro que más rico que cuando llegaste.

Así que con esa compañía, mi rutina semanal tras salir del trabajo ha cambiado. En vez de quedarme en casa o salir a dar un paseo con el Ipod atronándome los oídos, nos íbamos a recorrer el pueblo y a tomar unas cañitas y hablar mucho del pasado, del presente y del futuro. Y ayer, un viaje relámpago a Luanco a llevarle a casa, primera experiencia con un Tom Tom (cómo me gusta volver locos a esos cacharros, me quería llevar por tramos de autovía inexistentes), charlar un poco en el D’Ana con Ana y rápida vuelta a San Ciprián escuchando New Order. Cerveza con Diego y Patricia y descubrir nuevos aspectos sobre las noches del fin de semana pasado. Hay veces que mis amigos logran sorprenderme cuando creía que ya no lo iban a conseguir…

Sábado, ya anocheció y en las noticias dicen que esta noche la luna se va a ver más grande que otras noches. Sigo sin ganas de nada, ni siquiera de asomarme a la ventana para verla, pero algo me dice que al final saldré a verla y aullaré… Y sé que al verla me entrarán ganas de regalártela.

lunes, 14 de marzo de 2011

Del surrealismo a la cruda realidad


Lunes de nuevo. Después de un fin de semana intenso volvemos a la rutina de siempre. Y es que este fin de semana ha pasado de todo. Como ya había contado en la anterior entrada el viernes recibía visita de unos amiguetes de Luanco (y la candasa, que si no se ofende). La llegada de los cuatro primeros fue a la hora prevista. Esperando a otros dos Lara empezó a hacer la cena, una fideuá que salió riquísima y que alguno siguió repitiendo hasta el domingo. Al final, como a Carlos y Viks (los que faltaban) les pasó de todo lo imaginable salimos a tomar algo mientras esperábamos. Tras la llegada de los hermanos, ya los siete juntos seguimos la noche, que algunos prolongaron hasta después de comer. En resumen: historias surrealistas y pérdida de algunas cosas, incluso alguien llegó a perder los papeles.

El sábado, antes de que alguno llegara a casa, llegó Frank. Tarde de alguna siesta y alguna peli (“El jovencito Frankenstein” y, como es tradición “Clerks II”) y vuelta a la calle para cenar algo. Hasta ahí puedo contar. Antes de cenar me empecé a encontrar mal y me fui a casa a descansar un poco. Tembleque y 38 de fiebre.

Por lo que me contaron al día siguiente no lo pasaron nada mal y conocieron a gente interesante. Al final, sobre las 6 de la tarde abandonaron San Ciprián, no sin antes dejarme a Mon de acompañante hasta el viernes, que saldremos hacia Luanco a celebrar el cumpleaños de Ana. La verdad, a veces es agradable tener compañía unos días y Mon es una estupenda compañía, pero si de mí dependiera habría elegido a otra persona… ¿Pistas? Aunque no te vi este fin de semana y tampoco contaba con verte, sí que tuve noticias tuyas el viernes por la noche y el sábado por la tarde… Críptico, siempre críptico

Lunes, sí. Intento pasar del surrealismo a la cruda realidad, aunque pienso que estos tres últimos días aún van a traer noticias y consecuencias

viernes, 11 de marzo de 2011

La que se avecina

Fin de semana diferente. Tampoco me muevo de casa, pero esta vez tendré grata y numerosa compañía. Llegan Diego, Ana, los hermanos Pérez Cobas, Lara y Mon hoy a San Ciprián. Mañana suponemos que llegará Frank. De los 7, 3 repiten, parece que les gustaron las experiencias anteriores. Así que mientras espero la llegada, programada para las 10 de la noche (aunque como siempre esa programación no se cumplirá) voy organizando la casa para que se encuentren a su gusto. Hoy cocina Lara (a ver si cenamos, jeje), luego saldremos a dar una vuelta y mañana ya se verá. Yo tengo alguna cosa en la cabeza, pero esas ideas nunca las cumplimos, que nos conocemos. Mañana también se acercará Vanessa, así que con un poco de suerte llenamos el pueblo.

Pues ya os contaré qué tal hemos pasado el fin de semana. Simplemente espero disfrutar del día, de la noche y de la compañía de estos guajes... Bueno, guaja Ana, que no llegó a los 30 aún (Diego, para lo que te queda mejor no dices nada, jajaja)

P.D.: Lo mejor de todo es que me traen marañueles (de Luanco, que las de Candás ni son marañueles ni son nada)

miércoles, 9 de marzo de 2011

Te echo de menos

Sí, aunque no debería te echo de menos, pero sé que de momento no te lo reconoceré cara a cara. Simplemente hago que pase el tiempo hasta tu regreso. No sé qué me hace más daño, verte o no verte, pero se me está haciendo muy dura tu ausencia. Dos semanas sin tu presencia son demasiadas. No saber nada de ti y de cómo lo estás pasando tan lejos de mí, de aquí, me supera hasta unos límites que no podía sospechar. Vuelve, necesito verte, necesito ver tus ojos, tu sonrisa... Aunque sé que cuando ese momento llegue pasará lo de siempre, me volveré a portar como un estúpido y dejaré pasar mi siguiente oportunidad. Me parece que ya tengo edad para cambiar, pero lo que piensa mi cabeza en solitario se rompe cuando estoy cerca de ti... Seguiré esperando hasta que el corazón deje paso a la cabeza

domingo, 6 de marzo de 2011

1000 visitas. Gracias a todos


Ayer, 46 días después de recomenzar mi andadura en el mundo blogueril, esta ventana abierta a mi mundo recibió su visita número 1000. Estoy gratamente sorprendido, ya que supuse que ese número de visitas lo alcanzaría en 5 o 6 meses, no en mes y medio. Eso me lleva a la conclusión de que por lo menos tenéis algo de interés y curiosidad por lo que pienso y digo. Espero poder seguir manteniendo esa curiosidad vuestra y no defraudaros.

Otra sorpresa grata es que “Nadie vale más que otro” haya recibido visitas desde 15 países diferentes aparte de España. Tener visitas desde Holanda era más o menos normal (Mon, desde que volviste a Luanco ni una más) y supongo que las visitas recibidas desde Alemania, Suiza, Bélgica y Turquía son de Juanjo, que viaja más que Willy Fog. Lo realmente sorprendente son las 15 visitas desde Estados Unidos, 12 desde Francia y varias de países como Argentina, Colombia, Gran Bretaña, México, Ecuador, Chile, Irlanda o ¡MALASIA!

Si hablamos de la publicación más visitada, que no quiere decir que sea la que más os haya gustado, ha sido “Examen de conciencia” con 89 visitas y la más comentada “Ni olvido ni perdón”. Estas dos entradas hablan de lo mismo, pero sobre personas diferentes. Supongo que muchos de vosotros sabéis a quién van dirigidas y que simplemente son un desahogo ante situaciones ante las que me puso la vida. No me arrepiento de haberlas escrito y lo único que puedo lamentar es haberme quedado corto.

Y como curiosidad, os voy a contar la relación de este humilde blog con la guapa presentadora de Marca TV Lara Álvarez. “Nadie vale más que otro” recibió una visita de alguien que buscando información sobre esta gijonesa tan salada buscó en Google “lara de futboleros”. Si buscas eso lo primero que te sale es una de las entradas de este blog, “De rutinas, Lara y disgustos futboleros”.

Para ir finalizando llega el capítulo de agradecimientos. Muchas gracias a todos los que han leído este blog, gracias a los que comentan públicamente y en privado, gracias a los que me animan a continuar con esta pequeña aventura, espero que estéis ahí mucho tiempo. Y especialmente tengo que agradecer a Lidia y Tati por animarme a retomar mi “vicio” por la escritura, Juanjo por corregirme esa falta de ortografía recurrente que tenía y a veces aún tengo, Katita por poner siempre los puntos sobre las íes, mi madre y Aitana por todo, Marcial, Diego Z., Ana, Vero y algun@ más por estar siempre ahí y aguantarme y, sobre todo a una morena que no me lee (o eso creo) pero con su presencia me hace escribir y a Rebeca por ser quién pone la alegría en mis momentos tristes. Perdonad si me olvido de nombrar a alguien, seguro que hay otros que se merecen ser nombrados.

Seguiré escribiendo, quiero seguir siendo merecedor de vuestras visitas y de seguir alimentando vuestro interés por lo que escribo. Muchas gracias a todos.

viernes, 4 de marzo de 2011

Carnaval, o Antroido, o Antroxu

Llega el Carnaval, o Antroido, o Antroxu, como lo queráis llamar y debo ser uno de esos tipos raros a los que esta fiesta no les gusta. Con esta afirmación no quiero decir que nunca me haya gustado, cuando era un crío me encantaba y ya en la época del instituto con mis amigos de San Ciprián nos lo currábamos mucho y pasábamos tiempo preparando todo. Aún me acuerdo de aquel barco vikingo que duró justo lo que tenía que durar, nada más acabar el desfile se “hundió” al lado del estanco.

Como imaginaréis, como no me gusta, igual hace 20 años que no me disfrazo (el Carnaval de verano de Luanco es un asunto aparte y algunos ya sabéis mis disfraces, o de Papá Noel de vacaciones, con bermudas, camiseta y gorro rojo, o de mi amigo Frank) y hace 2 o 3 años que ni salgo de noche. Eso de no reconocer a la gente se hace duro.

Aún así, tengo grandes recuerdos de esas fechas. En esa época del instituto, en la que como ya dije trabajábamos desde meses antes para preparar todo e incluso ganábamos algún premio para darnos todo un homenaje gastronómico. Vikingos, caníbales, asistentes a un funeral, soldados de Vietnam… Todavía lo estuvimos recordando Diego, Marcial y yo la última vez que Marci estuvo aquí (se te echa de menos, amigo). O tiempos posteriores en el Descenso de Galiana (supongo que el Alimerka de El Atrio seguirá agotando los huevos) o aquellos lunes de Antroxu en Candás (yo “provocando” como siempre con la camiseta de mi Marino de Luanco y aquel episodio de Ekener Drag Queen).

Por todo eso me da la impresión de que va a ser un fin de semana tranquilo y me dedicaré a hacer alguna cosa por casa, ver fútbol, alguna peli y leer algo (en cuanto acabe con “Todo por una chica” empezaré “Riña de gatos”, la crítica dice que es malo, pero Dámaso dice que está bien y siempre hago más caso a los que no cobran por leer). Y a esperar el fin de semana que viene con la visita de Diego, Lara (me acaba de venir a la mente Julie Christie, jeje), Ana, Mon, los Cobas Brothers y Frank, si al final se decide.

Hala chic@s, que os sea leve el Antroxu

martes, 1 de marzo de 2011

Daría lo que fuera

Daría lo que fuera porque estuvieses aquí, conmigo, ahora mismo, aunque solamente fuera para verme reflejado en tus ojos y mirar cómo sonríes. Lo que fuera por volver a vivir momentos como los que viví contigo la noche que nos conocimos, esa noche que repaso una y otra vez en mi cabeza.

Daría lo que fuera por conocerte más, saber más de ti, por verte más y porque esos cortos momentos que hemos tenido desde esa perfecta noche se hubiesen alargado.

Lo malo de esta situación es que tú no te das cuenta de lo que me haces sentir cada vez que te veo, cada vez que me sonríes, cada vez que hablamos y yo, como casi siempre, me bloqueo y no puedo decirte lo que siento y pienso. Así me paso los días soñando despierto, siempre soñando contigo, siempre pensando en ti. Ese tipo de sueños que siempre se cumplen en mi cabeza, aunque nunca coincidan con la realidad.

El único tonto consuelo que me queda es ver fotos, mirar esas imágenes del día que te conocí en las que estamos juntos, mientras vivo con la esperanza de  que tú te des cuenta de lo que me pasa y me hagas reaccionar.

Y ya sé lo que me va a decir alguien, que lo que escribo no va a solucionar nada, que le eche lo que hay que echarle y me atreva a decirte todo. Puede que exista una mínima posibilidad que lo leas, si es así… manda una señal.

Tan cerca y tan lejos.