miércoles, 5 de febrero de 2014

Fin de la segunda parte

Dicen que la sinceridad es una virtud, pero por lo visto en estos tiempos que corren parece ser que es el peor de los defectos.

Comencé la segunda época de este blog el 19 de enero de 2011. Y fue porque sí, porque soy muy cabezón. Y porque creía que podía decir alguna cosa interesante entre tanta letra. Sigo pensando lo mismo pero ahora no me apetece. Tres años y unos pocos días después tomo una decisión que llevo pensando un par de meses: dejarlo.

No sé si es una decisión temporal o definitiva, no sé si volveré a escribir en una semana, un mes, un año o nunca. Lo único que sé es que no me apetece escribir o, mejor dicho, que no puedo escribir. Aunque tampoco es exacto, puedo hacerlo y lo hago, pero lo que escribo es impublicable porque lo escrito puede hacer daño a gente que me quiere y a la que quiero. Últimamente sólo me sale escribir desde muy dentro y para escribir de otras cosas me falta chispa. Y aunque por escribir así y tirar todo lo que escribo (mi papelera puede dar fe) pueda parecer que estoy mal, mi estado es totalmente contrario: me siento bien, centrado y libre. ¿Feliz? No sé si existe la felicidad, no la busco. Si existe la esperaré, que me mande un WhatsApp, tiene mi número.

Gracias a todos los que me han apoyado en esta aventura, con sus elogios, sus correcciones y, sobre todo, con sus críticas. Gracias a la persona que denunció a Blogger el contenido de una entrada por haber escrito lo que la gran mayoría de la gente pensaba (como ves lo cierro yo, no tú). Gracias a todos lo que han leído por lo menos una entrada aunque no hayan dicho nada...

"Nadie vale más que otro"... Todo es una gran mentira. Hasta el título de este blog. YO soy más que muchísimos.

5 de febrero de 2014. Fin de la segunda parte.