Pegando cabezadas en el sofá viendo el Eurobasket. Sol espléndido en la calle, septiembre ha traído lo que no tajeron julio y agosto. Aunque uno se va dando cuenta de que el otoño llega y después llegará el invierno. Y ayer fue un día que me recordó lo que viene. Un día gris, lluvia y en mi habitual paseo el viento pegando en la cara. Me gusta pasear por San Ciprián un día así, con una fina lluvia y el olor del mar y el viento dándome en la cara. Creo que me da vida. Pasear por el pueblo escuchando las olas y mis pisadas en las calles mojadas caminando sin cruzarme con casi nadie. Me gustaba hacerlo en Luanco y me gusta hacerlo aquí
También lo noté a la hora de cenar. Anochece más pronto y cenar sin luz en la calle y viendo la Champions siempre me recuerda lo que vendrá en el largo invierno. La única diferencia es que mi madre estaba conmigo, pero se acaba de marchar, así que otro punto más a añadir a la rutina. Para que todo sea como siempre falta una cosa, que también llegará con el inicio del próximo mes: la vuelta a la jornada partida, entrar a las 8 y salir a las 17:30. Y llegará el momento en que solamente veré la luz del día prácticamente en el trabajo.
Sí, me gusta el otoño y me gusta el invierno, ¿qué le vamos a hacer si soy así de raro?
1 comentario:
Pues a mi me encanta el otoño,el color de los árboles son preciosos,el fresquin de por las mañanas,ver llover por la ventana mientras me tomo un capuccino de vainilla,,,,,,, :)
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