domingo, 3 de abril de 2011

1200 kilómetros y pilas cargadas


Salir de trabajar un viernes, actualizar tu situación sentimental en el Facebook un 1 de abril para festejar el April Fools Day y que muchos amigos piquen (ya que algunos festejan Halloween, Santa Claus, u otra tradiciones anglosajonas, incluso el Día de la Marmota, me  permití esa pequeña broma) y hacerte 600 kilómetros para dar una sorpresa a mi madre con la complicidad de mi hermana y mi cuñado no tiene precio. Y pasar un fin de semana relajado con la familia y con mi maravillosa sobrina es lo mejor que me ha pasado en los últimos meses.

La niña ha cambiado mucho, está grande, guapísima y se pasa el día riéndose y observando a su alrededor con sus inmensos ojos azules. Y los adultos le hacen todo tipo de “perrerías” para sacarle alguna foto “simpática”: este fin de semana tocó hacerle fotos con una marañuela en la mano, que inmediatamente se llevaba a la boca, aparte de todo un book de fotos conmigo, en las que salgo con cara de bobo. Y es que se me cae la baba. Por cierto, siempre que recibo fotos de ella digo que es guapísima, pero es que al natural gana muchísimo… Pero qué voy a decir yo.

Así que el sábado tocó relax, paseo, mirar embobado a la niña y ver el Madrid- Sporting narrado por unos comentaristas argentinos. Y aunque sea del Oviedo, me alegré muchísimo de la victoria gijonesa, por ese gran entrenador que tienen (Manolín, te tenían que hacer un monumento), por bajar los humos de Jose Mourinho y sobre todo por todos mis amigos sportinguistas. Y sí, celebré el gol, sobresaltando a la cría y llevándome la reprimenda de mi madre.

Y hoy vuelta a San Ciprián, otros 600 kilómetros con tramos con lluvia y poco sol, no como el viernes, un día estupendo y de calor en el que el termómetro del coche llegó a marcar los 30 grados.

A pesar de la paliza kilométrica no estoy cansado en absoluto, todo lo contrario, el fin de semana me ha servido para tener las pilas cargadas para las semanas venideras. Mañana vuelta al trabajo, esperemos que la semana sea tranquila.

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