domingo, 24 de abril de 2011

Un sábado estupendo

Ayer fue un día estupendo, aunque terminé agotado. Ya había comentado en la anterior entrada que pasaría el día en Luanco disfrutando de parte de la familia. Y disfruté mucho.

Salí pronto de casa y el día acompañaba para el viaje de dos horas escasas, sol y no demasiado calor. Viajé tranquilamente, con poco tráfico y escuchando la radio. Como no tenía demasiada prisa no hice el camino habitual por Tabaza, sino que me metí por Avilés y tomé la Avilés- Luanco, una carretera que cada día está peor. Ya podían arreglarla, aunque fuera sólo un poco.

Buscar aparcamiento resultó fácil, a pesar de ser Sábado Santo. Y es que aparcar en Luanco en un día soleado y en fiestas puede resultar tarea difícil, pero conociendo el lugar siempre se tienen más facilidades.

Quedar con la familia, saludar a Aitana y a Antonio y ver de nuevo a mi princesa, dormida y aún más guapa que la última vez. Llamada a Pepe y Angelines, que nos querían ver desde hace mucho tiempo. La niña se despierta, se despereza y lo primero que hace al ver gente es sonreir. Se me cae la baba.
Hablar, pasear por La Ribera, subir la Cuesta del Reloj, pararse a hablar con gente que no conocía a la nena, visita al Muelle, atestado de gente, paseo por la playa hasta el Gayo. Angelines comentando que no se podía imaginar que estuviese así con la niña... Y es que se me nota demasiado que estoy encantado, jeje.

Comer, otro paseo, helado, varios cafés, partido de fútbol, fotos, ver a más gente, comentarios sobre mi delgadez (17 kilos se notan demasiado), despedida y vuelta a San Ciprián. Se hace de noche y llueve a ratos, me gusta conducir, pero ese tipo de  circunstancias es el que peor llevo. A 10 kilómetros de casa aparece Darth Vader con su espada láser haciéndome parar. Saca un aparato tecnológico y me ordena soplar. El resultado es satisfactorio y me indica que puedo proseguir.

Llamo a Diego, salgo a tomar algo y sobre las 2 de la mañana el cuerpo dice basta. Las horas de coche, el paseo, las emociones y esa preciosidad de 4 meses me han dejado agotado. Así que me voy a casa, a la cama diciendo que mañana será otro día y que tengo que escribir algo para recordar los buenos momentos pasados y compartirlos con vosotros.

Es domingo, mañana muchos vuelven al trabajo. A mí todavía me quedan unos días y muchos kilómetros antes de reincorporarme el jueves a la vida laboral. Intentaré disfrutar y descansar lo que pueda

No hay comentarios: