lunes, 14 de marzo de 2011

Del surrealismo a la cruda realidad


Lunes de nuevo. Después de un fin de semana intenso volvemos a la rutina de siempre. Y es que este fin de semana ha pasado de todo. Como ya había contado en la anterior entrada el viernes recibía visita de unos amiguetes de Luanco (y la candasa, que si no se ofende). La llegada de los cuatro primeros fue a la hora prevista. Esperando a otros dos Lara empezó a hacer la cena, una fideuá que salió riquísima y que alguno siguió repitiendo hasta el domingo. Al final, como a Carlos y Viks (los que faltaban) les pasó de todo lo imaginable salimos a tomar algo mientras esperábamos. Tras la llegada de los hermanos, ya los siete juntos seguimos la noche, que algunos prolongaron hasta después de comer. En resumen: historias surrealistas y pérdida de algunas cosas, incluso alguien llegó a perder los papeles.

El sábado, antes de que alguno llegara a casa, llegó Frank. Tarde de alguna siesta y alguna peli (“El jovencito Frankenstein” y, como es tradición “Clerks II”) y vuelta a la calle para cenar algo. Hasta ahí puedo contar. Antes de cenar me empecé a encontrar mal y me fui a casa a descansar un poco. Tembleque y 38 de fiebre.

Por lo que me contaron al día siguiente no lo pasaron nada mal y conocieron a gente interesante. Al final, sobre las 6 de la tarde abandonaron San Ciprián, no sin antes dejarme a Mon de acompañante hasta el viernes, que saldremos hacia Luanco a celebrar el cumpleaños de Ana. La verdad, a veces es agradable tener compañía unos días y Mon es una estupenda compañía, pero si de mí dependiera habría elegido a otra persona… ¿Pistas? Aunque no te vi este fin de semana y tampoco contaba con verte, sí que tuve noticias tuyas el viernes por la noche y el sábado por la tarde… Críptico, siempre críptico

Lunes, sí. Intento pasar del surrealismo a la cruda realidad, aunque pienso que estos tres últimos días aún van a traer noticias y consecuencias

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