Llegó el final de la semana laboral y el plan establecido ha sido cancelado. Si el plan A se cancela, el plan B falla por falta de tiempo material, el plan C es inviable (Pepe, lo de ir a Australia está difícil) y la gente me dice que improvise va a ser que tienen razón...
Aunque ya sabemos cómo suelen acabar las improvisaciones: normalmente mejor que los planes hechos. Todos hemos salido alguna vez a tomar un café y hemos llegado a casa a la mañana siguiente. Todos hemos planeado una excursión que al final no se pudo hacer y la alternativa resultó más plena o hemos tenido que anular una cena por algún motivo y lo hemos pasado mejor. Incluso a veces quedarse en casa al fallarte los planes puede resultar más placentero.
Así que improvisemos. Pero mejor más tarde y más descansado, que ahora mismo no estoy para ello.
Buen fin de semana a tod@s
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