Jueves ya. La semana se me está haciendo corta, debe ser porque teniendo compañía en casa el tiempo pasa más rápido. Y es que ya ha llegado mi madre a pasar el verano y a quejarse del frío que hace aquí. Y eso que hoy hay sobre 20 grados. Esta vez no ha habido las habituales broncas del estilo "Tienes la casa hecha un asco" y similares. El único problema es su afición a la mierda televisiva, esa que me pone tan de mala hostia.
Aparte de eso, todo sigue siendo la misma historia de siempre, de casa al trabajo y del trabajo a casa, eso sí, con el lujo de tener la comidina hecha. Y mañana viernes, empieza el fin de semana y tenemos una cena de viejos amigos, una de esas que organizamos una gente que nos conocemos desde hace 30 años y que hemos compartido muchas cosas. Ahora son menos frecuentes por la lejanía de alguno pero cuando nos juntamos lo pasamos genial.
Por otra parte, gracias a la TCM sigo revisionando clásicos del cine, "La costilla de Adán", "La ventana indiscreta" y hoy le toca el turno a Marlon Brando en "Un tranvía llamado deseo". Una forma diferente de ver televisión, no la mierda que ve la mayoría de la gente. Y sí, sigo pensando que los raros son ellos.
Y la semana que viene, tanto en Sanci como en Luanco, las fiestas del Carmen, fiestas que por primera vez me voy a saltar. Y es que teniendo 3 días libres prefiero gastarlos en viajar hasta casa de mi hermana y disfrutar de mi princesita y de sus padres. ¿Perderme una fiesta? Debo estar haciéndome mayor...
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