Levantarse, trabajar, comer, dormir una buena siesta porque pasé una mala noche por culpa de los cafés que me tomé ayer (hay veces que me afecta la cafeína y ayer fue uno de esos días). Levantarme, encender el ordenador, mirar un par de cosas, fútbol en la radio y en la tele, ver cómo Messi hace un jugadón que acaba en el poste, escuchar a Iván Ferreiro, leer un rato "El ángel perdido" de Javier Sierra, abrir un par de cartas del banco y la factura del móvil. Hablar con un par de amigos y felicitar vía Feisbuk a otro par de ellos. Hacer mentalmente la maleta para irme a Madrid el viernes nada más salir de trabajar. Apuntar un par de cosas que tengo que hacer mañana, que últimamente la memoria falla (será la edad, supongo). Ir escuchando las últimas novedades sobre el terremoto de Lorca (a veces la tierra se cabrea por lo mal que nos portamos con ella). Recibir una llamada de Vodafone y contestar a la pregunta de una amable señorita con un "Si no voy a recibir dinero no me interesa". Comerme una manzana y tomarme una coca cola. Buscar unos cedés para renova la música que tengo en el coche. Pensar en comprar una estantería pequeña para seguir colocando los libros que tengo sin ordenar por el salón. Recoger la propaganda que tenía por encima de la mesa y archivarla (léase cubo de la basura). Buscar en Google un número de teléfono desde el que me llamaron ayer cuando tenía el móvil apagado y descubrir que es de una ferretería situada en Gran Canaria. Sorprenderme por ello. Descargar y ver las últimas fotos recibidas de la niña de mis ojos...
Y aún así, pensar en ti
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