Tormenta. Ya me parecía a mí que el calor insano que hacía cuando salí de trabajar no presagiaba nada bueno. Viernes, en casa viendo el baloncesto mientas a mi espalda oigo caer la lluvia y de vez en cuando los truenos. Fin de la semana laboral y por delante dos días y medio en los que aún no tengo decidido nada salvo que el domingo me voy a Mieres a ver jugar al Caudal con Silvia. ¿Al Caudal? Sí, resulta que soy de 3 equipos, aunque simpatice con alguno más: mi Marino de Luanco, el Oviedo y en el que juegue mi amigo Miguelín y como este año está en el Caudal para Mieres que me voy a apoyar al equipo para ver si se puede salvar y estar el año que viene en 2ª B.
Primera semana de jornada continua y aún no estoy muy adaptado a eso de salir a las 3 de la tarde. Ya sé que es mucho mejor horario que el de jornada partida y que me gustaría tenerlo todo el año, pero todo cambio necesita un periodo de adaptación. Supongo que la semana que viene estaré adaptado del todo.
Aparte del trabajo, poco más que contar, algún paseo para mantenerme en mi peso, hacer unas gestiones por el seguro del coche, ver fútbol (menos mal que se han acabado los Madrid- Barça por el momento) y terminar por fin lo último de Nick Hornby. He tardado, no porque no me gustase, sino porque estaba muy vago con respecto a la lectura. Ahora empecé el último Premio Planeta, “Riña de gatos” de Eduardo Mendoza, al que la crítica no ha puesto demasiado bien. Pero como nunca me fío de una gente que cobra por leer y criticar (que me parece muy bien), prefiero hacer caso de amigos y conocidos y Dámaso me dijo que estaba bastante bien. De momento le tengo que dar la razón, voy por la mitad y no me está defraudando en absoluto.
Y sobre las tres noticias más “importantes” de la semana no voy a comentar casi nada. Nada que decir sobre la muerte de Bin Laden (era muy simpático y siempre saludaba, decían las vecinas), nada sobre la legalización de Bildu (si digo algo igual me critican los que están a favor y los que están en contra) y muy poco sobre las polémicas de los clásicos futboleros, salvo que cada vez es más difícil encontrar a gente con la que se pueda hablar de fútbol sin exaltarse. Demasiado cerrado y demasiado ciego es lo que hay. Simplemente decir que si al Real Madrid le quedara algo de ese señorío que tuvo y del que sigue presumiendo el “señor” Mourinho ya no debería pertenecer a esa institución tan grande. Pero bueno, mientras se hable de todo esto la gente no habla de lo realmente importante, justo lo que quieren los políticos...
Sigue lloviendo, sigue tronando de vez en cuando, el partido de basket está en el descanso (gana Panathinaikos) y están entrevistando al gran Dino Meneghin, del que bastantes de vosotros no os acordareis. A las nueve y media juega el Madrid, pero me perderé el principio para ver el nuevo monólogo de Tomás García en Paramount. Risas aseguradas.
Y después del fin de semana a ver qué tal va la semana laboral y el viernes a estas horas estaré aproximándome a Madrid a pasar el fin de semana con Eneko y Garrutxo y ver a Dixebra. Tendré que hacer equilibrios con la agenda para ver a toda la gente que tengo que ver, pero desde aquí le digo a Patricia que después de tantos años tienes que ser la primera en la agenda.
Buen fin de semana a tod@s
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