Ayer me fui a Mieres a ver al caudal. Me convencieron Silvia y Miguel, ya que esta temporada no había ido a verle jugar y no nos veíamos desde hace tiempo. Fue una buena tarde y un buen partido del equipo de Mieres, que aún tiene esperanzas de salvar la categoría.
Y fui, aparte de por la invitación de dos buenos amigos, por mi salud mental. Porque despues de un sábado extraño en el que hubiera sido mejor quedarme en casa me vino muy bien hacerme 400 kilómetros entre la ida y la vuelta para no pensar en ti.
Y es que después de verte y que el modo aleatorio de mi iPod me jugara la mala pasada de poner "El equilibrio es imposible" de Los Piratas, "If you leave" de OMD y la versión de Andrés Calamaro de "Algo contigo" se me torció el día. Así que todo el sábado me lo pasé en casa pensando y sin ganas de hacer nada.
El domingo me levanté todavía extraño, como el día. Tiempo cambiante, como mi estado de ánimo. Así que hcie un par de cosas por casa, comí pronto, me tomé un cafetín y cogí el coche. Conduciendo y oyendo por la radio la Fórmula 1 no me daba tiempo pensar en ti. Dos horas después llegué a mi destino y llamé a Silvia, que me esperaba en una cafetería. Hablando con ella y poniéndonos al día también era difícil pensar en ti. Y luego en el partido, con la tensión, la emoción y todo lo que se jugaba el equipo de mi buen amigo Miguel ni siquiera pasaste por mis pensamientos. Ni tras el partido, hablando con mis dos amigos. Ni en el viaje de vuelta, muy tranquilo escuchando los dos últimos partidos de la jornada en Primera División. En total, 9 horas sin que aparecieras en mi mente...
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