martes, 29 de mayo de 2012

Pensando en el amanecer

Salir de casa a las 12 de la mañana a tomar un café y llegar después de ver un precioso amanecer desde Cubelas. Y en el medio cervezas, una comida divertida, una tarde de sol, licor café y buenas discusiones. Noche de chupitos y copas, conversaciones sobre música, amor, desamor, realidades, con gente que es importante para mí y gente que está empezando a serlo. Noches en las que la hora se te va de las manos y en las que acabas tomando un café en un lugar en el que normalmente no se toman cafés... Y ver amanecer haciéndole a alguien una promesa que cumpliré...

Domingo, levantarme con el tiempo justo para pegarme una ducha, comer y salir pitando para Avilés. Calor y partido con Silvia y Sergio. Otra promesa cumplida, intentar volver a ser el talismán de Miguelín. Ambientazo en el Suárez Puerta y decepción. El talismán no está afinado, los equipos de Miguel nunca pierden conmigo en el campo, pero las dos últimas veces el resultado no sirvió para nada. No llegó a haber las lágrimas del año pasado en Mieres (incluso yo estuve a punto de llorar), pero anteayer se notaba tristeza, en la cara de incredulidad de Miguel, los ojos vidriosos de Silvia, la resignación en las caras de cientos de aficionados avilesinos... Lo único bueno, aparte de compartir un rato con ellos, fue que me encontré 5 euros.

La jornada laboral del lunes se me hizo muy larga, pensando en el fin de semana y, sobre todo, en llegar a casa y echarme a dormir. Llegué, dormí y se me fue el día por completo.

Ayer pensaba en el fin de semana. Hoy solamente pienso en ese amanecer...

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