viernes, 24 de febrero de 2012

El chico que quería ser Bret Easton Ellis

A veces navego sin rumbo fijo y no sé dónde llegaré. Soy un experto en lo que yo llamo naufragar por Internet, el Capitán Schettino de la red. Pero en alguno de esos viajes logro encontrar lugares interesantes. Y el otro día fue uno de ellos.

Sumergiéndome en el mundo blogueril me encontré con una entrada sobre una de mis películas favoritas, “Amo tu cama rica”. Y allí me quedé, leyendo casi todas las 110 entradas del blog, que me hicieron pensar, recordar, sonreír e incluso reír a carcajadas. El blog se llama “Aquellos maravillosos 90” y está escrito por un tal Guille Ortiz. Literatura, música, cine, deporte, televisión, amores, todo escrito desde el punto de vista de alguien nacido en los 70, como yo. Difícil era no sentirse identificado con alguien con el que compartía muchos recuerdos de la última década del siglo XX y que, para rematar, firmaba como elchicoquequeriaserbreteastonellis.

Y es que en la primera mitad de los años 90 yo también quise ser Ellis y escribir un libro como American Psycho. Yendo aún más allá yo (y no sólo yo) quería ser Patrick Bateman, aquel ejecutivo de finales de los 80 ex estudiante de Harvard, con un buen trabajo, forrado, viviendo con todos los lujos en ropa y tecnología, con una bonita casa en Manhattan, que frecuentaba los mejores restaurantes y clubes de New York y llevaba una vida estupenda. Todo eso a los 27 años. Lo que no me gustaba era lo de ser un asesino en serie, un sádico e incluso un caníbal.

La vida era estudiar (algo), salir (algo más) y leer (más que estudiar y salir). Tardes comiendo pipas en la puerta de Maite, tráfico de cintas, cedés y libros, 2x1 de cervezas en el Spring, Green Day y Offspring con nosotros sentados encima de la barra. Ellis tenía pocos años más que nosotros.Recuerdo que American Psycho dio lugar a grandes conversaciones, sobre todo con Edgar, la persona con mayor capacidad para recordar frases literarias que conozco. Yo también recordaba alguna, pero 20 años después solamente recuerdo una: “Eres una puta asquerosa y me gustaría coserte a puñaladas y chapotear en tu sangre”. Nuestras conversaciones giraban también en el posible casting para una película, ya que se rumoreaba que podría protagonizarla Leonardo Di Caprio. Nosotros preferíamos darle el papel de Luis Carruthers. No me acuerdo la apuesta de Edgar para el personaje de Patrick, pero la mía siempre fue Sean Penn. Al final la adaptación cinematográfica de Mary Harron llegó en el 2000 con Christian Bale (que no aparecía en nuestras apuestas) en el papel de Bateman y mi “odiado” Willem Dafoe, Reese Witherspoon o Jared Leto en otros papeles.

Investigué (no era tan fácil como ahora) y descubrí que American Psycho era la 3ª novela de Ellis, que con 21 años había escrito “Menos que cero” y se había hecho millonario y que la segunda, “Las leyes de la atracción” no había tenido el mismo éxito que la anterior y la posterior. Me compré la primera y me encontré con la segunda en la Biblioteca de Avilés. Ni que decir tiene que las devoré. Me daba la impresión por lo que leía en los libros y lo que leía sobre el autor que había bastante de autobiográfico en las novelas, Y me seguían dando ganas de ser breteastonellis. Y si no podía ser me conformaría con José Ángel Mañas, era más de andar por casa y además “Historias del Kronen se parecía más (no mucho más) a nuestra vida. Además hacía referencias a Ellis en su obra. Quien no quería ser era Ray Loriga, que me parecía el escritor más sobrevalorado de aquel tiempo. Aún hoy sigo sin poder leer nada de él.

Seguía rindiendo pleitesía a Ellis. Llegaron “Los confidentes” un conjunto de relatos, “Glamourama”, basado en el mundo de la moda y bastante interesante a ratos, “Lunar Park”, una especie de biografía ficticia y extraña del propio autor y que me dejó un poso de malestar y “Suites imperiales”, la reunión de los personajes de “Menos que cero” 20 años después y que no llega ni de lejos a la calidad del primero. Para mí, la carrera de Ellis tras American Psycho fue una cuesta abajo.

Con el paso de los años y de los libros la idea de querer ser como Bret Easton Ellis se fue diluyendo como se diluyeron aquellas ideas infantiles de ser astronauta, bombero o futbolista. Aunque como homenaje el primer nombre que se ocurrió para este blog fue “Menos que cero”, pero estaba ocupado. También se diluyó la idea de ser Mañas, que se había vuelto serio y se había ido a vivir a Francia. Y seguía sin querer ser Loriga, aunque estuviera liado con Christina Rosenvinge. Aunque a los dos primeros los sigo esperando expectante cada vez que publican algo.

No, ya no quiero ser Bret Easton Ellis, me conformo con ser yo y con seguir aburriéndoos con este blog. Aunque me gustaría ser Lorenzo Silva

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes recuerdos de finales del siglo XIX??????

Josín dijo...

Del XX. Cambiado. Gracias anónim@.

David Martín Espinosa dijo...

De aquella te parecías a este:
http://www.dentrocine.com/bios/imagenes/juanma-bajo-ulloa/fotos/2.jpg
Me acuerdo de aquello de "A mí lo único que me gusta del Loriga es Christina Rosenvinge... :)

Josín dijo...

Teníamos el pelo más largo los dos. Las gafas, la barba y el pendiente eran lo que nos hacía parecernos. Ahora yo no lo llevo y de Juanma hace tiempo que no sé nada. Tengo que buscar aquella gloriosa foto de carnet con el pelo largo y cara de resaca. David, eran buenos tiempos, no sé si mejores o peores, pero bastante más despreocupados y diferentes.
P.D.: Sigo "enamorado" de Christina