Fin de semana en una casa rural y muy buena compañía. Comida, bebida, destrozar canciones en la Play, fútbol (por una vez jugar, no verlo por la tele), conversaciones interesantes, "incidentes" con los "vecinos" y calor, mucho calor, más que en este verano de 2011 que nos ha tocado padecer. Dicen por ahí que mañana se termina este verano retrasado que nos llegó por sorpresa. Al final, dos días para recuperar del todo, que como ya dije alguna vez la edad se va notando cada vez más.
Lunes, martes y miércoles malacostumbrándome al horario de jornada partida y pagando las consecuencias físicas. Prácticamente preparado para la rutina otoño- invernal, para los anocheceres tempranos, las noches de televisor y libros, entretenerme con el Supermanager y picarme con mis tres fieros rivales (Antonio, Paco y la incorporación de última hora, Víctor) los fines de semana de deportes varios (esta vez como de costumbre por la tele) y no salir demasiado por ahí, ir de casa al trabajo, del trabajo a casa esperando que llegue diciembre y las deseadas y necesarias vacaciones.
Y ayer salir a dar una vuelta con Jordi y tomar algo. Se cumplían 8 años de mi llegada a San Ciprián. 3 meses que se han alargado y esperemos que se sigan alargando más. 8 años en los que ha pasado de todo, buenos y malos momentos que han cambiado mi vida radicalmente. Pero dejemos los malos a un lado y quedémonos con lo bueno, sobre todo con esa princesa que me tiene sorbido el cerebro y de la que no me canso de mirar las fotos y videos que me envían. 2 meses y medio sin verla, espero solucionarlo pronto.
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