miércoles, 12 de octubre de 2011

Llamadas nocturnas

Recibir una llamada a las 4 de la mañana. Cagarme en Eneko. Mirar el móvil y ver que esta vez el culpable no es él. Responder y escuchar tu voz diciendo que no te mereces el trato que te estoy dando, que reconoces que me pudiste hacer daño y que lo sientes. Que desde me conociste te diste cuenta que yo era especial. Vuelves a repetir lo de la última vez, lo de mantener la amistad y que quedemos para tomar algo y hablar. Te quedas callada...

Medio dormido tu silencio me indica que es mi turno. Considero que estoy siendo hasta elegante en mi trato hacia ti, que te diste cuenta tarde que me estabas haciendo daño y que tus palabras en el pasado no eran que fuera especial, sino único. Y hay una gran diferencia en los términos. Te digo que de momento no hay posibilidad de ser amigos, que dejes pasar el tiempo y que lo de quedar a tomar algo sería como volver a abrir heridas recién cicatrizadas...

Cuelgo.

Cometes los mismos errores que cometí en su día, esas llamadas nocturnas son la consecuencia de que aún pensamos el uno en el otro. Pero la última que te hice fue en mayo.

SMS a media tarde: Siento lo de anoche, bebí de más y me jode que te vaya bien con tu nueva chica

No voy a contestarte, pero como parece que o lees ésto o te lo cuentan me gustaría que me dijeras quién es ella, porque estoy deseando saberlo

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