domingo, 4 de noviembre de 2012

Fanatismo en la prensa deportiva

Que el fanatismo y el extremismo de ciertos periodistas te hagan dejar de leer un diario o silenciar la televisión cuando hablan es el más claro síntoma de la situación del periodismo deportivo en este país. El colmo es que silencies la TV para no escuchar las gilipolleces de Lobato en A3, que provocan un sentimiento de casi rechazo a que gane su favorito y lo primero que escuches en una emisora de radio (COPE) es que un piloto (Grosjean) es un enfermo mental.

Cierto es que en el tiempo de las redes sociales, durante un partido o una carrera de F1 puedes leer muchas burradas por parte de aficionados a dichos eventos. Pero cuando esa clase de cosas las dice un periodista durante el ejercicio de su profesión me parece totalmente inadecuado. Claro que un periodista, como persona que es, puede tener sus filias y sus fobias, ser de un equipo u otro o apoyar un piloto o a otro. Pero en el ejercicio de su profesión debería de ser lo más imparcial posible. No se te puede notar la alegría porque a un piloto se le pare el coche o achacar el buen trabajo de alguien a la buena suerte o la mala suerte de tu piloto favorito, Lobato. No se puede insultar a unos colores por el mero hecho de no ser los tuyos, Hernáez, Roncero o demás tertulianos de Punto Pelota o Futboleros. Podríais ayudar, lectores y dar más nombres. Incluso se debería ser imparcial al narrar partidos de una selección nacional, aunque sea la propia.

Recuerdo una frase de aquel periodista de basket, Pedro Barthe en un partido de la selección. "A estos yugoslavos había que echarles del mundo". Le cayeron palos por todas partes, cosa por otro lado normal. Años después esta misma frase pasaría totalmente desapercibida con todo con lo que se ve, lee y escucha.

Menos mal que siempre quedan oasis en el desierto y buenos periodistas a los que es un gusto seguir.

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