viernes, 19 de agosto de 2011

Y esta vez no es culpa tuya

Hay veces que uno se siente aburrido y, aunque siempre se tenga a mano algo para cambiar las tornas no le apetece hacer nada. Ni tele, ni música, ni Playstation, ni siquiera un buen libro de los que andan apilados en las estanterías o en cualquier sitio por falta de espacio en éstas. Hoy es uno de esos días. La tele encendida para tener algo de ruido de fondo y no escuchar mis propios pensamientos, que en estos días brotan en mi cerebro más en cascada que otros días. Puede ser que me afecte el maldito tiempo de este verano que parece cualquier estación menos la que corresponde. Un verano de nubes grises y lluvia por momentos en el que ir a la playa (por poco que me guste ir) es muy poco apetecible. 

No debería estar así, pero hay veces que las cosas no se pueden evitar. Hay momentos que me da por pensar en cosas que no debería y por mucho que diga que controlo la situación a veces me desborda. Pero lo que antes me desbordaba durante días y me sumía en un mutismo absoluto y una dejadez inmensa ahora me puede durar un lapso de tiempo corto. Son las siete de la tarde de un viernes de agosto gris. Pienso en hacer alguna cosa que limite mis pensamientos. Libro, peli, alguna serie... Simplemente he aprendido que si hago algo para mantener la mente ocupada o distraída dentro de una hora se me habrá pasado todo...

Y esta vez no es culpa tuya

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