Lunes. Hoy es fiesta. Me levanto tras un domingo fotosintetizando y 12 horas de sueño reparador. El cielo es de un gris otoñal, como casi todo este verano. Me da la impresión que el lunes de fiesta va a ser un día para terminar de recuperar el cuerpo tras los excesos de la Maruxaina 2011.
La Maruxaina, como siempre, es una fiesta que no defrauda. Buena compañía, reencuentros, mucho andar, beber, comer para reponer fuerzas, Julín cantando habaneras e intentando montar un partido político, el gran privilegio otro año más de encender las hogueras en la Anxuela... 16 horas intensas (cada año aguanto menos) que junto a la noche del viernes dejaron mi cuerpo un poco tocado, por lo que la intención de ir ayer al Carnaval de Verano de Luanco se quedó en eso, simple intención. Por lo menos me levanté viendo una foto del gran Eneko y su disfraz, doloroso a la vista, jajaja.
Y aunque todavía quedan fiestas en lo poco que queda de verano, desde hace un par de años tengo la impresión de que mi verano termina con la Maruxaina. Aunque ya veremos el año que viene, que entre Carnaval y la Maruxaina hay 3 días de diferencia.
Pues otra Maruxaina más y van 8, 7 de ellas seguidas. Y las que vendrán o eso espero. Y espero que la próxima no nos falte Marcial, que perderse 5 seguidas hace daño, tanto a él como a los que le queremos.
A partir de ahora tranquilidad, supongo que hasta la boda de Cova y Juan. Pero ya se sabe que mis planes no se cumplen nunca...
No hay comentarios:
Publicar un comentario