miércoles, 10 de octubre de 2012

Calor

Miércoles. Cuarto día consecutivo de un extraño calor veraniego en pleno otoño acompañado con algunas (insuficientes) gotas de lluvia. Un calor pegajoso que agota en el trabajo durante el día e impide descansar satisfactoriamente por las noches. Y durante el tiempo libre lo de siempre, compra, lectura, tele, ordenar los libros que andaban por encima de la mesa e ir preparando el viaje del fin de semana aprovechando que el viernes es fiesta. Otro viaje a Cáceres, el quinto viaje relámpago en 5 meses a ver a parte de la familia y a disfrutar con Sara del concierto de Extremoduro. Parecía muy lejano el concierto el día de julio en el que compramos las entradas y ya está ahí, a 72 horas. Y el domingo viaje de vuelta.

Aparte de eso, contento de ver feliz a una amiga que estaba pasando un pequeño mal momento (ya me contarás en profundidad) y riendo gracias a gente que saca conclusiones precipitadas sobre situaciones que no existen.

Y mañana dejarlo todo listo y estar atento a ver si Felix se tira o no se tira. ¿Viento? Lo que hay es miedito. Y lo comprendo.


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