domingo, 7 de septiembre de 2014

Y ahora yo escojo despedirme.

Siempre es difícil escoger. Y más cuando se trata de personas. Pero sigo una línea por la que, en caso de tener que hacerlo, escojo en una inmensa mayoría de las ocasiones a la que no me obliga a hacerlo.

Y esta vez lo he tenido muy fácil. No he tenido que pensarlo lo más mínimo. Simplemente me he tenido que fijar en los malos gestos y acciones, los desprecios continuados, las excusas, en los intentos de dejar de lado por parte de gente a la que se le llena la boca con la palabra "amistad" y luego lo que demuestra es algo que no se ajusta a ese término.

Podría llegar a pensar que todo eso está justificado (que considero que no lo está) si eso que enumero se hace para empujarme a la decisión que la persona que me hace escoger quiere que escoja. Pero todo cambia si esas acciones me las hacen a mí. Es totalmente contraproducente querer hacerme escoger y hacerme lo mismo que a la persona que quieres apartar. Así que llego a la única conclusión que se me ocurre: Tú escogiste primero.

Así que ahora elijo yo: gracias por los buenos momentos de estos últimos (aproximadamente) 15 años y adiós.

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