martes, 3 de diciembre de 2013

Plaza Mayor

Siempre es la misma sucesión de cosas. Llegar, subir las maletas a casa, saludar y hablar un poco con mi madre, avisar a la gente que está esperando que avise de mi llegada para que se quede más tranquila y salir a dar un paseo para estirar las piernas, agarrotadas de tanto coche.

Siempre el mismo paseo. Bajar hasta Gil Cordero y andar por la acera derecha hasta el último paso de cebra. Cruzar ese y otro para situarme en el centro del Paseo de Cánovas, pasar  la fuente y el Bombo siempre por la derecha. Esperar en el siguiente paso de cebra, ese que siempre cojo en rojo. Seguir hasta el final, hasta el Kiosco Colón, seguir por San Antón y San Pedro, "saludar" a Leoncia, eternamente de pie vendiendo sus periódicos en la Plaza de San Juan. Bajar por Pintores mirando de reojo los escaparates y esquivando la gente y llegar a la Plaza Mayor.

Situarme en el centro de la Plaza, respirar profundamente y mirar a mi alrededor. Quedarme así unos minutos y volver sobre mis pasos hacia casa observando la belleza de gran parte de las mujeres cacereñas. Aunque ni ayer, ni hoy, ni mañana veré a la más bella de ellas...

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