martes, 11 de septiembre de 2012

Una tarde

11 de Septiembre. Podría hablar del atentado contra las Torres Gemelas, de la Diada, de la salvajada que se "celebra" el segundo martes de este mes en Tordesillas justificado como tradición o de mi opinión sobre Eurovegas o la pseudoentrevista que le hicieron ayer a Rajoy en el cnal propagandístico del Gobierno (por lo menos uno de ellos). Pero hoy no me apetece, lo único que conseguiría es cabrearme.

Así que para evadirme un poco he salido a dar una vuelta, tomar el café, leer el periódico, recibir recomendaciones literarias que tendré en cuenta, aunque tengo demasiado atrasado para leer y, por último pasar un buen rato de charla con buenos amigos y risas y juegos con dos críos encantadores de 4 y 2 años.

En casa ya, pensando en seguir leyendo un poco a Grisham, viendo una pila de libros por leer en una de las estanterías, en la que ya no entran más libros (tengo que comprar otra, pero parezco Phil el de Modern Family con el escalón, lo pienso y no lo hago), descansando un poco y llevándome la sorpresa de que la tarjeta de sonido del portátil se estropea y arregla solita.

Hace un tiempo que me noto cansado, me comentan que quizás es el cercano cambio de estación, quizás que el fin del verano ya llegó y con él el cambio de rutinas y la adaptación a las nuevas/viejas costumbres. Las echo de menos, al igual que echo de menos las que voy abandonando hasta que las recupere...

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