miércoles, 4 de julio de 2012

Una sonrisa escondida


La semana se está haciendo dura no sólo por el trabajo, sino por las tonterías que se pueden leer, ver y escuchar a lo largo del día. Y es que escuchar las tonterías de un gilipollas nada más levantarte el lunes puede marcar la semana. Así que el primer café de la semana me sentó como un tiro.

Y sí, está muy bien que la gente celebre las victorias de la selección de fútbol y lo comprendo y está muy bien olvidarse de todo mientras dura el partido, pero (y soy muy futbolero) lo que no comprendo es esta gente que lo vive como si le fuera la vida en ello. Una vez dije que había mucho borrego y alguien se me lanzó diciendo que la estaba insultando. No hablaba de la gente que lo vive durante y algo después del partido, sino de esa gente que en la celebración del lunes a la pregunta “¿Prefieres ganar 1300 euros o que Nadal gane Roland Garros?” contesta “Que gane Nadal y que se mueran de envidia los gabachos”. La verdad, viendo como está este país y las medidas del gobierno del PP y viendo la situación y las medidas del gobierno francés los que nos tendríamos que morir de envidia somos nosotros.

Podría hablar de los antifutboleros, que se pasan el día echándole la culpa al fútbol de todos los problemas. Yo pienso que el problema no es el fútbol, sino la utilización política de éste. Eso que se ha dado desde tiempo inmemorial de utilizar espectáculos para “adormecer” a las masas. La famosa frase romana “Panem et circenses”, que en este país es cada vez menos pan y más circo.

Mientras unos y otros discuten sube la luz, el agua, el gas, entra en vigor el “copago” sanitario (mejor llamarlo repago), van a subir el IVA que más afecta a la gente común, los mineros siguen su lucha por mantener unos acuerdos firmados que el gobierno quiere pasarse por el forro y las Fuerzas de Seguridad reprimen duramente las protestas sin que haya demasiada información sobre ello en los medios nacionales. Se recorta en lo que es para todos y ellos cada vez tienen más. El enchufismo sigue funcionando. Valencia arde y resulta que han recortado en los medios contra incendios, pero ara que venga el Papa y haya Fórmula 1 sí que hay dinero. Y tantas otras cosas…

Y llega el miércoles. Como y enciendo el ordenador. Entro en Facebook y sigo leyendo cosas que me ponen de malas. Hasta que llego a una actualización de estado y los comentarios logran que esboce una sonrisa que llevaba escondida unos días. Las “ciberyonkis” hacen cambiar mi estado de ánimo y mi humor y me tomo mejor el resto del día. Siesta, organizar un poco la casa y hacer unas compras. Y en el supermercado me encuentro a los hijos de Marcial y Conchi, que con su sonrisa y sus “hola” vuelven a hacerme sonreír.

Jueves y viernes de trabajo y fin de semana. Y a partir del lunes en vez de estar solo en casa seremos cinco. Sí, se agradece la compañía y la que voy a tener es la mejor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ha partir del lunes ,tendrás mas de un motivo para que esa sonrisa sea mas sonrisa.
Anónimo que te conoce hace mas de 3 decadas.