Ella dijo :“ Después de todo lo que hemos vivido creo que nos debemos una última noche".
Él la quiso mirar a los ojos, pero las gafas de sol en las que se veía reflejado lo impedían. Tardó en contestar unos segundos a pesar de que la respuesta era indudable. Acercó sus labios y le dijo al oído :
"Ya no te debo mis noches, ni mis días. Ahora son de otra persona"
Esa persona era él mismo...