¿Habrá verano?

Rutina, aburrimiento. La jornada intensiva deja demasiado tiempo libre y el mal tiempo no deja aprovecharlo. Salir de trabajar, a veces con ganas de partirle la cabeza a alguien (siempre el mismo), comer, un café, hacer la compra y a casa. Tele, lectura, algo de música, adicción a FB... Vamos, lo de siempre.

Se acaba mayo y se avecina junio. De momento en la agenda un viaje y dos conciertos, Hombres G en Oviedo y BRUCE en Gijón (prueba evidente de mi eclecticismo musical) y algún que otro frente abierto para ver a algunas personas importantes en mi vida...

Mientras, sigo aquí sentado, curando el resfriado que me contagió una personilla rubia este finde en Cangas de Onís (un lugar en el que sólo hay chigres y tiendas de camisetas), haciendo planes para un verano que, según las últimas noticias no va a existir (aunque si estás con buena gente el clima es subsidiario) y perdiéndome en ideas absurdas que no llegarán a ningún lado...

29 días...

Res, non verba

El mundo se va a la mierda y no es culpa de los políticos (que también), sino por culpa de nuestro propio egoísmo. No es una cosa de la que me haya dado cuenta ahora, pero esta semana se ha vuelto a demostrar. Que alguien haga algo por alguien de forma desinteresada, una cosa que considero lo más normal del mundo, se ha convertido en una sucesión de alabanzas y agradecimientos. Y, ojo, incluso alguna crítica, a la que, por supuesto, no pienso hacer ni caso.

Por lo que he hablado con alguna gente, eso que yo considero normal no lo es en absoluto, incluso una gran amiga (uno de mis tres ángeles) me ha dicho que soy muy raro. Mi conclusión es que si soy raro tenía que haber mucha gente rara y mucha gente que haga cosas por los demás cuando tenga oportunidad. A demasiada gente se le llena la boca con la palabra SOLIDARIDAD y luego no la aplica a su vida. Yo prefiero callarme (aunque esté escribiendo estas letras, una contradicción) y hacer las cosas que estén en mi mano para que por lo menos algo pueda ir mejor. Como dice la cita latina que tanto utiliza otra gran amiga, "Res, non verba"

Falta de concentración

Creo que nunca he estado tanto tiempo sin escribir aquí desde que empecé la segunda etapa de este blog. Falta de ganas y, sobre todo, falta de concentración. Cansancio físico, hastío de ciertas situaciones, dormir poco y casi siempre mal. Pensar en cosas que hay, no hay o no sé si hay. Volver a historias pasadas y hacer cosas que normalmente no hago.

No soy capaz de concentrarme en un libro, así el montón de no leídos va aumentando, mis lecturas se limitan al periódico (y muy por encima) mientras tomo el café. No soy capaz de escribir tres líneas seguidas, solamente escribo tonterías en forma de Tweet, estados de Facebook y WhatsApp, esos WhatsApp que a veces me alegran el día. No soy capaz de ver una película  ni una serie con un mínimo argumento por falta de atención. Me limito a poner el fútbol o sitcoms sin sustancia, para no pensar.

Lo mejor de estas semanas han sido algunas conversaciones con gente que, sin saberlo, me ha echado una mano y que me ha sacado del hastío y de casa.

Hoy, como es habitual últimamente, mi cuerpo está sentado en el sillón de mi salón, aunque mi mente está lejos de aquí. Pero en un momento se ha despistado, ha vuelto y la he atrapado. He conversado con ella y se ha comprometido a volar lo justo y necesario, a no hacer las locuras que hace últimamente, a estar aquí y no a cientos de kilómetros, a ayudarme y a volver a ser lo que era antes de irse. Simplemente espero que cumpla lo prometido...