Después de dos días sin Internet he logrado arreglarlo, a ver si dura. Y me he puesto a ver videos sobre la manifestación de anteyer en Madrid. Ya había leído muchas cosas sobre la actuación policial, todas en contra salvo la de nuestros gobernantes, que viven en su peculiar realidad. Pero leer no es lo mismo y al ver los videos me han entrado ganas de llorar por la impotencia que siento en estos momentos.
Hablan de violentos, de antisistemas, de provocaciones. Yo simplemente veo ciudadanos protestando pacíficamente golpeados con saña, avasallados por gente de uniforme por intentar defender sus derechos. Y, como pasa siempre, detenidos y heridos (alguno de ellos policía. Nunca nos dan sus partes de lesiones, pero seguro que el 90% son esguinces de muñeca por uso del tolete y el resto por "fuego amigo"). Como cantaba Loquillo, "Y aún quieren de mí que les quiera"
Sin embargo, aún encuentro gente que los justifica y da la casualidad que todos son votantes del mismo partido, lo que no quiere decir que todos los votantes de ese partido lo justifiquen. Es más, hasta algún policía me ha comentado que no es de recibo esa actuación.
Mi opinión es que desde el gobierno, usando como instrumento as fuerzas de (in)seguridad se trata de criminalizar al manifestante y meter el miedo en el cuerpo a los ciudadanos ara que se queden en casa. Una táctica más propia de una dictadura que de una democracia. Aunque a veces pienso que si en realidad vivimos en una democracia.
Y mientras la gente (¿6000?, Jajaja) se manifestaba, a más o menos 150 metros se desarrollab un pleno en el Congreso de los Diputados. Hay una foto del martes a eso de las 18:45 en la que se ven 119 escaños. 22 estaban ocupados por su señoría correspondiente y uno por lo que parece un bolso. ¿Los demás estaban en el bar? or cierto, ninguno de los asientos ocupados es azul.
Me hubiera querido extender más y lo haré, pero en este momento pasan por mi cabeza imágenes de violencia policial y se me quitan las ganas.
Desde aquí mi solidaridad con los ciudadanos detenidos, golpeados y heridos, en especial para mi amigo Eneko, agredido por la Policía mientras ejercía su trabajo de reportero.
Somos más y tenemos la razón.