martes, 28 de junio de 2011

Nubosidad y cine antiguo

No podía durar mucho. Tras tres días de sol ayer por la tarde se nubló y hoy ha empezado a llover por la mañana. Ahora, con el cielo encapotado, lo único que apetece es echarse una siesta. Pero el sonido de un martillo neumático (o varios) martillea, valga la redundancia, mi cerebro. No obstante habrá que intentarlo, porque llevo un tiempo que estoy muerto físicamente. Así que a cerrar las ventanas, que la casa ya se ventiló bastante por la mañana y a intentar descansar un poco. Luego volveré a echar la instancia para las oposiciones a millonario (primitiva y euromillones) y de noche, como últimamente, toca peli antigua.

Sí, visto el gran nivel de la televisión que gusta en España, últimamente me dedico a ver películas. Ya comenté que la noche del sábado la dediqué a ver "Gigante" y ayer tocó ver una de George Cukor, con Cary Grant, Katherine Hepburn y James Stewart, "Historias de Filadelfia (1940), una espléndida comedia en blanco y negro. Y hoy toca Paul Newman en "La leyenda del indomable" de 1967. Gracias TCM Clásico, oasis en el desierto que es la televisión en España, sobre todo las cadenas generalistas que solamente ofertan mierda.

El o los martillos siguen sonando y me están levantando dolor de cabeza. Ya no sé cuántas veces han levantado las calles por los mismos sitios en los últimos 2 años ni para qué, pero ¿no podrían hacerlo todo a la vez?

Por lo demás la vida sigue, la rutina me aburre, pero más no puedo hacer

domingo, 26 de junio de 2011

Clásicos del cine Vol. I: Gigante

Tres días seguidos de sol. Ni me acordaba ya de cómo eran. Así que ayer aparte del paseo habitual de por la tarde me pegué un bañito en la playa y después tuve sesión de tele. Comencé con una brillante entrevista de Juan José Millás al maestro Sabina, seguí con el partido de la selección sub-21 (me revienta eso que se ha inventado la prensa de "la rojita") y luego me puse a buscar a ver si había alguna película interesante. Y en TCM Clásico me encontré con una gran película que hace mucho tiempo que no veía. Y aunque dura tres horas y cuarto no se hace nada larga (por lo menos es mi opinión). No sé cuántas veces he visto ya "Gigante", película de 1956 por George Stevens e interpretada en sus papeles principales por Rock Hudson, Elizabeth Taylor y James Dean. 

Trata de la vida del matrimonio Benedict (Hudson y Taylor en los más o menos 25 años que transcurren desde su matrimonio hasta que sus hijos abandonan la casa familiar, así como el auge y caída de Jett Rink gracias al petróleo (Dean en su tercer y último papel principal, ya que murió durante el rodaje elevándose a la categoría de leyenda del cine). Galardonada con varios premios cinematográficos, entre los que destaca el Oscar a la mejor dirección y dos nominaciones a mejor actor para Hudson y Dean (se lo llevó Yul Brinner por "El rey y yo"), en 2005 fue incluida entre los filmes que preserva el National Film Registry (Registro Nacional de Filmes) de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ser considerada «cultural, histórica, o estéticamente significativa» (Wikipedia dixit).

En esos 25 años en los que se desarrolla la acción vemos como detalles significativos el cambio de la gran hacienda ganadera de los Benedict hacia la industria petrolífera y el enriquecimiento gracias a éste de los personajes principales "gracias" a la política estadounidense, que necesitaba petróleo por la II Guerra Mundial y beneficiaba a los productores con medidas ecconómicas favorables a ellos. También se observan los contrastes de personalidad y mentalidad entre los "Rudos texanos", machistas y racistas y la mentalidad más abierta de las gentes del Este de Estados Unidos, reflejados en Leslie Benedict, procedente de Maryland. La película toca aspectos de racismo y discriminación hacia los ciudadanos de origen mexicano, que en esa época estaban en un punto crítico, sobre todo en la mayoría de los territorios sureños (la acción se desarrolla en Texas). La relación de Leslie con los empleados a los que pretende tratar de igual a igual choca con la mentalidad texana de su marido, dando lugar a frecuentes discusiones e incluso una separación temporal. Al final, con el paso de los años, Jordan cambia su modo de ver y tratar a los hispanos, gracias a su mujer y, sobre todo, por el matrimonio de su hijo Jordan Benedict III con una mujer mexicana.

Como curiosidad, señalar la edad de los protagonistas principales el año del estreno de la película (1956). Mientras que Rock Hudson tenía 31 y Elizabeth Taylor 23, los actores que interpretan a sus hijos (Dennis Hopper y Fran Bennet como los mellizos y la bellísima Carroll Baker como la rebelde hija pequeña Luz) tenían respectivamente 20, 19 y 24. James Dean hubiera cumplido 25 ese año. 

Aquí os dejo el trailer (en inglés) de la película: http://www.youtube.com/watch?v=w2x6AT4mr3o&feature=related

Espero no haberos aburrido mucho, a los que ya la habéis visto espero que la disfrutáseis lo mismo que yo y a los que no os la recomiendo vivamente, aunque ya sé que no me haréis ningún caso, que ese tipo de cine tan "raro" que me gusta a mí no es vuestro estilo.

Y mientras yo veía esta gran película, la mayoría de la gente que estaba delante del televisor veía "La noria". Pero de ese tipo de basura ya hablaré otro día

viernes, 24 de junio de 2011

Recuerdos

Por lo visto debe ser malo recordar. O eso es lo que alguien me ha "echado en cara" por mi última entrada o alguno de mis últimos estados y enlaces musicales en FB. Y entrecomillo lo de echar en cara porque fue dicho con cariño y un tono jocoso, ¿verdad Gallu?

La cuestión es que no se pueden controlar los recuerdos por mucho que lo intentes. Basta una sola frase o una situación para que cualquier tipo de recuerdo, bueno o malo, surja. Y depende de cómo sean esos recuerdos te dejan con una sonrisa en la cara o hecho una mierda para todo el día. Por eso escribí la anterior entrada, porque recordé a aquella rubia y vinieron recuerdos de buenos momentos pasados junto a ella, aunque también se mezclaron momentos negativos. Pero en este caso, los malos fueron postergados por los buenos, dejándome con una sonrisa mientras iba recordando y escribiendo.

En el caso de los estados y enlaces en FB poco hay que decir. Simplemente que estos últimos días se puede observar que el cariz de los mismos van cambiando, más o menos desde que escribí la letra de "Lo peor" de Hiagen. Fue un bálsamo que ahuyentó los fantasmas del pasado reciente y me hicieron pensar las cosas de otra manera.Así que gracias por esa letra, Edgar. Y entre "Lo peor" y alguna que otra conversación mantenida en el último mes puedo decir que vuelvo a la senda del optimismo...

Sí chica, aunque te joda eres un mal recuerdo y a esos recuerdos los aparto a un lado

miércoles, 22 de junio de 2011

Ayer me acordé de ti


Ayer me acordé de ti. Y fue por pura casualidad, hablando con un amigo sobre bares salió a relucir el nombre de la cafetería en la que tú y yo solíamos quedar cuando las circunstancias alejaron un poco nuestros caminos. Y me vinieron a la mente tantos recuerdos…

Hará 15 años o alguno más que nos conocimos. Era verano y nos presentó una amiga común a la que perdí la pista hace mucho tiempo. Eras diferente a las demás, siempre tan vacías y pensando en su imagen. Tú enseguida demostraste que eras mucho más que eso, que la imagen te importaba una mierda y que pensabas por ti misma. No eras el tipo de chica que se estilaba por la época, todas cortadas por el mismo patrón. Quizás por eso me llamabas tanto la atención.

Poco a poco nos fuimos conociendo y descubrimos que no éramos muy diferentes, que los diferentes eran los demás. Salíamos y nos divertíamos como todos nuestros amigos, pero de un modo distinto. Lo pasábamos bien observando a los demás, mirando los  defectos a los que se consideraban perfectos y sacando nuestras propias conclusiones. Podíamos hablar de cualquier cosa que nos viniera a la mente, lo que con otras no era posible por falta de neuronas. Sabíamos casi todo el uno del otro…

En invierno era diferente, nos veíamos cuando nuestras respectivas ocupaciones nos dejaban, siempre en un territorio neutral, Avilés, y siempre en la misma cafetería. Seguíamos igual que en verano, nos contábamos nuestras preocupaciones, nuestros problemas, curábamos mutuamente nuestras heridas y disfrutábamos de nuestros momentos buenos.

Tiempo después coincidimos en la facultad, en la misma clase. Nos pasábamos los días juntos, estudiando, intercambiando apuntes, tomando cafés por los alrededores. Siempre intentando pasar desapercibidos, siempre a nuestro aire.

Recuerdo como si fuera ayer el día que te fijaste en aquel niño pijo tan guapín, ese por el que las demás suspiraban y quedaste con él para tomar algo en una hora que teníamos libre. Yo me quedé en la facultad con aquellos tres de Candás esperando que volvieras. Volviste y dijiste una frase que nunca se me borrará del cerebro: “Tan guapo y tan vacuo, tú eres mil veces mejor”. Y me besaste.

La pena fue que funcionábamos mejor como amigos que como pareja y no duramos demasiado. Eso sí, fue intenso, pero llegó el momento de dejarlo por el bien de los dos. Intentamos volver al punto anterior, pensar que la relación era solamente un paréntesis, pero esas cosas siempre funcionan en la teoría, llevarlo a la práctica es casi imposible. La conclusión es que nos fuimos alejando.

Abandoné la facultad y separamos nuestros caminos, seguíamos quedando, pero cada vez más espaciadamente para al final dejar de vernos. Aún así, seguíamos hablando por teléfono y nos poníamos al día.

¿7 años ya que no nos vemos? No me acuerdo. La última vez yo ya estaba en San Ciprián y aún no tenía coche, así que esa debe ser la cifra correcta. Quedamos en nuestra cafetería preferida, esa que ya considerábamos como nuestra. Hacía tiempo que no nos veíamos, pero parecía que nada hubiese cambiado. Pero la realidad es que todo era diferente.

A partir de esa ocasión, no he vuelto a pisar ese lugar. Seguimos hablando muy de vez en cuando por teléfono, me felicitas por mi cumpleaños y yo te sigo felicitando por tu santo (siempre tu santo, eres tan peculiar que nunca celebras tu cumpleaños). Un día de éstos te llamaré, volveremos a hablar, a quedar en esa misma cafetería y veremos cuánto hemos cambiado en estos más de 15 años.

lunes, 20 de junio de 2011

Arrancar la semana cansado y sit coms

Cada vez me cuesta más arrancar las semanas. Hoy, a pesar de haber estado de relax todo el fin de semana, me he vuelto a sentir muy cansado. Y después de salir de trabajar y comer no me apetecía hacer nada, ni siquiera a dar un paseo con el día tan bueno que hacía hoy. Y ya van dos días seguidos de buen tiempo, parece que llega el verano por fin.

Y eso es lo que hice, no hacer nada, estar tirado en el sofá viendo el torneo de Wimbledon por la tele. Y eso que el tenis no es un deporte que me guste demasiado. Soy de la misma opinión que mi colega Burilo Él opina que si el partido lo gana el que gana el último punto para qué se están tanto tiempo, que se lo jueguen a un punto y no se cansan tanto. La verdad, prefería el tenis de antes, con jugadores elegantes tipo Edberg, no los bateadores de beisbol que hay ahora.

Y luego sesión de sit-coms, que están echando en la Paramount la que en mi opinión es una de las mejores comedias de la historia: Friends. Tan enganchado me tuvo en su tiempo que las dos últimas temporadas (9ª y 10ª me las vi de una sentada un fin de semana. Empecé un sábado después de comer y acabé a las 8 y algo de la mañana del domingo. Sí, ya sé que no estoy bien de la cabeza. Pues como ya dije, están poniéndola en la Paramount desde el primer capítulo y siempre está bien recordar las situaciones divertidas de ese grupito de amigos. Por lo menos te evade de los problemas.

Y tras Friends, otra serie que me encanta, pero que veo menos: Big Bang. O como dice algún amigo mío, el culmen del frikismo. Como con la anterior, te diviertes y  pasas un rato agradable.

Así que tras una tarde de vagancia y televisión, porque es que tampoco me apetece leer demasiado, ahora me estoy informando sobre la actualidad futbolística nacional y en un momento cenaré algo y a la cama. Mañana será otro día y espero estar bastante mejor que hoy.

domingo, 19 de junio de 2011

Clarence Clemons para siempre

Olvidarse de apagar el sonido del móvil un sábado por la noche puede dar lugar a que algún "gracioso" te despierte. Pero en contra de lo habitual, esta vez no fue el de siempre. Y quien fuese esta vez no viene a cuento. Después de la conversación me costó dormirme y me metí en Internet. Y la red me dio una mala noticia: el fallecimiento de Clarence Clemons, "Big Man", el saxofonista de la E Street Band a a los 69 años por las complicaciones derivadas del derrame cerebral sufrido el pasado día 12. Y esta vez fui yo el que envié un SMS a horas intempestivas a Eneko...

Se sabía de sus problemas de salud, ya en la gira que pasó por España en 2009 Bruce le tenía que acompañar hasta su posición en el escenario, pero cuando el espectáculo comenzaba todo se olvidaba y Clarence daba rienda suelta a su maestría músical.
Su solo de saxofón en "Jungleland" define "Born To Run", uno de los mejores discos de la historia. Durante los conciertos Clarence Clemons era la persona más aplaudida, vitoreada y querida por los espectadores tras el mismo Springsteen (lo suyo ya son palabras mayores).  Todos esperaban sus solos, sus gestos de complicidad con Bruce y el resto de la banda, sus payasadas... Ni que decir tiene que él se llevaba la presentación más larga que dedicaba Springsteen al presentar a la banda y la ovación más cálida de los presentes.

Tuve la suerte de verlo 3 veces en directo: Gijón 2003 y Bilbao y Valladolid 2009. Esperábamos verlo alguna vez más. Y tras la noticia que nos llegó el domingo y otras que hablaban de una leve mejoría aún teníamos esperanzas. Pero esta madrugada la muerte nos ha arrebatado a un gran músico y una gran persona.Ahora solamente nos queda tu recuerdo y tus solos, que llevo escuchando toda la mañana.

Te echaremos de menos Big Man...

https://www.youtube.com/watch?v=-PTJHhUeAfc&feature=fvst

sábado, 18 de junio de 2011

Desvelado

La semana laboral me dejó para el arrastre, algo que ya iba notando a medida que se acercaba el viernes. Así que ya tenía decidido no  salir por la noche. Pero, misterios de la naturaleza humana, hubiera sido mejor haber salido y aprovechar algo el tiempo. ¿Por qué?

Salir del trabajo, comida y siesta, que puede que fuera la causa principal de mi desvelo. Levantarme con dolor de muñeca y rodilla, ir de compras, colocar todo en la despensa y la nevera, sentarme en el sofá, ver la tele. Y tras mucho buscar qué me apetecía ver, me puse por enésima vez "Alta fidelidad", a ver si me entraba el sueño. Todo lo contrario, esa buena peli lo único que hizo fue espabilarme más, con lo que cuando acabó me puse otra comedia romántica: "Notting Hill" (sí no la había visto, siempre que la echan por la tele veo siempre la misma escena, el compañero de piso de Hugh Grant en calzoncillos delante de los fotógrafos). Cuando acabó me fui a la cama, pero me puse a dar vueltas porque no lograba conciliar el sueño. Cuando lo conseguí eran las 3 y media pasadas. Hoy era una buena ocasión para dormir la mañana, pero...

Me desperté a eso de las 8, intenté dormirme de nuevo, pero fue imposible. Como dice Diego, eso es que me voy haciendo mayor. Ya que estaba despierto me puse a ordenar un poco la ropa, la mesa del salón, llena de papeles como casi siempre, puse dos lavadoras, tendí, limpié el polvo, todo con el sonido del "101" de Depeche Mode de fondo y sin fijarme que a veces los rayos del sol se filtran por la ventana. Pero solamente a veces, porque las nubes siguen ganando. 

Así que ahora me voy a tomar un café y leer la prensa, que por la tarde todavía quedan cosas que hacer en casa...

jueves, 16 de junio de 2011

El verano se acerca

Aunque por el tiempo no lo parezca, se está acercando el verano. Y por aquí el sol aparece muy de vez en cuando, aunque a veces parece que hace calor. Y aunque el sol brille por su ausencia ya he cogido un poco de color en la cara como consecuencia de un domingo tirado el la finca de Ana y la ruta por los lagos de Saliencia. Y es que nunca me ha costado coger el moreno.

Por lo demás, mi vida en verano no cambia demasiado, ya que no cojo vacaciones hasta diciembre. Así que todos los días laborables son iguales: trabajo, comer, una siestina (no siempre), paseo, algún recado, tomar algo, cena, tele o lectura y a la cama. Así un día tras otro. Pero me da la impresión de que voy a currar con otro talante.

Además en verano no estoy solo en casa, ya que viene mi madre alejándose del calor extremeño, viene Sara a pasar un par de semanas, mi hermana y mi cuñado vendrán a pasar unos días con la niña y siempre recibo la visita de algunos amigos, sobre todo el día de la Maruxaina. Además, siempre hago alguna escapada a alguna fiesta y este año en agosto nos vamos de boda (en Verín, creo que nos vamos a morir de calor). Y como mi único traje está "fuera de cobertura" por la pérdida de peso (ya me lo volvieron a decir la semana pasada, estoy irreconocible) tendré que comprarme uno, así que si alguien quiere asesorarme estoy abierto a todo tipo de sugerencias.

Carmen, Maruxaina, alguna fiesta más, boda, alguna barbacoa, algún concierto y algún viaje, para rematar a finales de septiembre con otra boda, ésta en Candás.

Y mientras escribo ésto, recibo la séptima llamada de la tarde por parte de mi compañía telefónica. Y a la séptima fue la vencida, me han hinchado tanto los... que he contestado y antes de que la señorita, que no tiene culpa de nada la pobre, me dijera qué era lo que me querían ofrecer he dicho que si quiero cambiar de móvil o de contrato o de condiciones me pondré YO en contacto con ellos. Espero que no me llamen en una temporada estos de Garrafone.

El fin de semana ya está ahí y tengo bastantes cosas acumuladas que hacer como para pensar en salir de noche. Así que estos días a trabajar en casa y a descansar lo que se pueda

lunes, 13 de junio de 2011

Barbacoas y rutas por el monte

No vuelvo a decir eso de "voy a utilizar el fin de semana para descansar" porque últimamente cuando lo digo hago todo lo contrario y llego agotado al domingo por la noche, arrastrando el cansancio a lo largo de toda la semana laboral. Pero no nos vamos a quejar, porque a pesar del cansancio ha sido un fin de semana muy bueno.
El sábado por la mañana salí hacia Luanco. Hacía buen día y el viaje se me hizo corto. Tomar algo al solín en el muelle, comer y quedar con Jordi, al que hacía tiempo que no veía. Fue una agradable conversación de más de 3 horas en la que hablamos de todo. Espero que se repita pronto. Y sin perder un segundo, hacia el D'ana a buscar a Diego y Viks para acercarnos a casa de Leo de barbacoa. Sidra, chorizos, costillas y ambiente agradable, como siempre en las barbacoas que organiza don Leonardo. Y en contra de lo habitual, a las 3 en la cama, que al día siguiente había organizada una excursión a los Lagos de Saliencia.

Dormir poco y mal, levantarse y mirar por la ventana que estaba lloviendo me desanimó un poco y pensando un poco en negativo me acerqué al parque, lugar en el que habíamos quedado. Allí estaban ya Dani, Vane y Anna, poco después llegaron Vero y Fredo con Carla, organizamos los maleteros, llamamos a Carlos (que no dio señales de vida) y arrancamos hacia el concejo de Somiedo (aunque había lugares por el camino que parecía más bien el concejo de Mordor). Llegar, aparcar y caminar. Comer sentados en un prao, subir, bajar, hablar, fotos, subir, bajar, más de uno haciendo la cabra por el monte, asesinar arañas y muchas cosas más. Un día agotador en el que, aunque empezó lloviendo en Luanco, aguantó bastante bien en Saliencia hasta casi el final, que nos cayó una buena encima. Al final vuelta a Luanco con una buena ración de agotamiento físico, muchas risas con amigos y sobre todo con la pequeña Carla, que se portó como una campeona con la edad que tiene. Y además es un encanto.

Y ya en Luanco, despedida rápida y cambio de coche, viaje a Sanci escuchando el fútbol y la Fórmula 1 y llegada a casa, cena y pronto a la cama, que era lo que pedía el cuerpo.

Hoy vuelta a la rutina, con cansancio físico pero con buena cara gracias al buen fin de semana vivido. Habrá que repetir uno parecido pronto

jueves, 9 de junio de 2011

Cantar en el trabajo e influencias familiares

¿Quién no recuerda el primer disco que se compró con su dinero? Yo lo recuerdo muy bien: un grandes éxitos de Orchestral Manoeuvres in the Dark, más conocidos como OMD.

Tengo la costumbre de cantar en el trabajo, unas veces en alto y otras mentalmente. Es algo que me ayuda a que parezca que el tiempo pase más rápido. Hay veces que los compañeros me miran extrañados, otras veces alguno hasta me acompaña e incluso alguna vez me han llegado a decir que estoy trastornado. Y en esto último igual tienen un poco de razón.

El método en el que me baso para elegir lo que canto es muy sencillo: lo que primero me pase por la cabeza. Y como soy una persona de gustos musicales muy eclécticos puedo cantar desde Folk Asturiano hasta Bruce Springsteen, pasando por Raphael, rock español o tecno pop británico de los 80. Por poner un ejemplo, esta semana pasé de Dixebra a Depeche Mode pasando por Marea y El Último de la Fila. Y normalmente lo que canto queda reflejado ese día en el facebook por la costumbre que tengo de subir una canción diaria

Al tener un gusto tan variado clasifico la música de manera muy sencilla, en dos grupos: la que me gusta y la que no me gusta. Después está el reguetón (o como se escriba), que no llega a la definición de música. Soy capaz de marcharme de un sitio si escucho eso.

Hoy tocó Depeche Mode, uno de mis grupos favoritos desde hace muchos años. Debía tener 12 o 13 años cuando los descubrí por mediación de mi tío Augusto. Con 6 años más que yo, me sacó de mi ignorancia musical y compartía su música conmigo y José Luis. OMD, Erasure, Ultravox, Kraftwerk, Yazoo, Soft Cell, Human League… buena música. Pero yo me “enamoré” de Depeche Mode. A la familia se le hacía extraño que dos críos como José Luis y yo nos pasáramos el día cantando (o mejor dicho intentando cantar) en un idioma parecido al inglés. Y siempre que iba a casa de mis abuelos me llevaba un cargamentos de cintas para que me Augusto me grabase aquella música. Eso sí, creo que no conozco una persona tan obsesiva (en el buen sentido) que él. Era totalmente imposible que dejase que alguien que no fuera él tocase sus vinilos y su tocadiscos. Incluso bastantes años después era totalmente reacio a ello.

Pero no es la única música que me gusta por influencia familiar. En Navidades normalmente íbamos a Toledo a ver a la familia materna, pero también a Bilbao a ver a la paterna. Y allí mis tres primas me descubrieron otro tipo de música. A ellas les apasionaba Ramoncín (sí, ese mismo que estáis pensando), pero también Barricada o El Último de la Fila. Y con ellas y mi primo pequeño conocí a dos dioses: Bruce Springsteen y Joaquín Sabina. Ni que decir tiene que las cintas que quedaban sin grabar en Toledo salían grabadas de Bilbao, incluso creo que alguna debo tener en el baúl de los recuerdos.

Más tarde, en el instituto, en la facultad y en otros lugares fui descubriendo mediante amigos, medios de comunicación y por mí mismo otros grupos y otros estilos, pero ninguno me llegó a marcar tanto como Depeche, Bruce y Sabina. Bueno, igual Marea e Iván Ferreiro pueden acercarse, pero mejor no pienso que me saldrían grupos enormes y la lista se haría interminable. Pero el Top 3 está ahí

martes, 7 de junio de 2011

Tiempo cambiante y falta de sueño

Los días como hoy me aplanan. El tiempo cambiante, esos días en los que se pasa de la lluvia al sol y otra vez a las nubes negras, me provoca cansancio y un sopor que hace que la vida se me haga cuesta arriba. Además llevo dos días sin dormir demasiado bien. Y no tengo motivos para dormir mal, pocas preocupaciones, coss que hacer y buenos planes para el fin de semana que se avecina.

El fin de semana, tras los tres últimos que viví fue muy tranquilo. Organizar un poco la casa, paseos, compras, deporte por la tele y sobre todo, lectura. Acabé un libro sobre crímenes famosos en Madrid que me dejó Eneko, me leí en dos tardes "El ángel perdido" de Javier Sierra y empecé (y tengo por la mitad) "Tierra de sepultura" de Brian Freeman. Es el cuarto libro que leo de este autor y me gusta bastante. Con un lenguaje sencillo y fácil de leer, los cuatro libros se centran en las investigaciones policiales y la vida de Jonathan Stride, tanto en Minessotta como en Las Vegas. Dentro de un rato retomaré la lectura, en cuanto termine de daros la paliza y haga un par de cosas por casa.

Y a pesar del relax del fin de semana, ayer y hoy me noto cansado. La semana empezó con una mojadura espectacular cuando salí de casa hacia el trabajo. Mi calle parecía un río, del portal al coche habría 20 metros, pero entre lo que caía del cielo y que el suelo era un charco contínuo, llegué al trabajo empapado. Puede que el malestar de la tarde tuviera que ver con la pingadura, pero no le veo relación con lo que me costó dormir. No sé si a vosotros os pasa, pero cuando me cuesta conciliar el sueño me pongo nervioso, miro el reloj continuamente y calculo el tiempo que me queda para levantarme, con lo que con el nerviosismo me cuesta todavía más. Cuando al final logro dormir, es un sueño ligero y me despierto a menudo. Al final, cuando suena el despertador estoy agotado antes de empezar el día.

Sí, hoy era un día para echarse la siesta, pero decidí que no, seguro que me darían las 2 de la mañana despierto y al despertar mañana sería la misma canción que hoy. Mejor seguir leyendo a Freeman con la tele puesta para que me haga un poco de compañía... Y es que a veces me siento solo.

Mañana es miércoles, mitad de la semana laboral. Espero que estos tres días se me hagan cortos, que llegue el fin de semana y que el domingo lo pasemos estupendamente de ruta por Somiedo.

sábado, 4 de junio de 2011

Incumplimientos de contrato y sus consecuencias

Parece que llegó la segunda etapa del fin de nuestra relación. Y es que tras la asunción de la realidad toca la vuelta a la normalidad, aunque siga habiendo momentos bajos por mi parte y me gustaría creer que por la tuya también.

Ya sé que fui yo el que me salté todos los protocolos de nuestro acuerdos, aquellos de "no preguntas", "no exclusividad", "no compromiso" y "no enamorarse", mientras los cumplimos todo fue bien. Pero, y lo peor es que gente que me conoce bien e incluso una que no me conoce tan bien, me avisaron que siendo tal y como soy, no podría cumplir el 4º punto de nuestro acuerdo. Y como no cambiaré nunca eso fue lo que pasó. Y al no cumplir el 4º, empecé a no cumplir el 1º e incumpliendo éste hice todo lo posible para romper el 2º y el 3º. Y al final todo lo bonito que teníamos (si hubo algo bonito) saltó por los aires en pedazos.

Desde el momento en que ocurrió eso me ha dado tiempo a pensar mucho y darle muchas vueltas. He pensado que simplemente fui un instrumento con el que pasar el tiempo hasta encontrar al que está ahora contigo, con el que supongo que no tienes ningún tipo de acuerdo basado en 4 puntos como el que tenías conmigo, aunque también llegué a pensar que me llegaste a querer aunque sólo fuera un poco. He escuchado muchas cosas y he dicho otras tantas y al final conviene quedarse con las opiniones que vienen de fuera de mi círculo íntimo, sobre todo con las de 2 mujeres que me han ayudado bastante más de lo que ellas creen. No pienso decir sus nombres, pero si ellas lo leen se lo pueden imaginar.

Otra razón para pasar del "encoñamiento supino" (Silvia dixit) y la asunción de la realidad a la normalidad ha sido no verte, no aparecer por nuestros sitios comunes las 3 últimas semanas (a eso algunos dirán que eso se llama huir y que soy un cobarde). Y es que encontrarte produciría un efecto devastador que me haría recordar todo de golpe y echaría por tierra todo lo avanzado hasta el día de hoy...

Y con esta última frase acabo de reconocer que aún no está nada superado, que te sigo echando de menos y que me gustaría que volvieras...

miércoles, 1 de junio de 2011

Ascensos, descensos y fiestas de prao

Uno de los fines de semana más intensos de lo que va de año comenzó muy pronto la mañana del sábado. Me desperté a las 7 y poco y con los nervios que tenía por lo que me podía esperar me levanté. Un buen presagio, el cielo estaba muy azul, como la camiseta del equipo de mis amores. Algún otro insomne en el Facebook, como Felipe, también levantado y expectante, o Eneko, anunciando su plan del día, Giro de Italia y partido del Marino por Onda Peñes. Hice algo por casa, preparé todo y arranqué hacia Luanco, dispuesto a vivir el momento histórico del primer ascenso a 2ªB en casa del CLUB MARINO DE LUANCO.

Llegué sobre las 12:30 y llamé a Felipe. Desayuno en el Cabu Peñes y al muelle, a ver si la quedada organizada tenía éxito. Un par de cervezas hablando con gente y, a eso de las 2 llegan Aida y Julio e, inmediatamente detrás y por sorpresa, Eneko y Garrutxo. Gritos, abrazos y es que a las 9 de la mañana estaban en Madrid. 500 kilómetros para ver a nuestro equipín. Llegan Rafa y Silvia y proseguimos el recorrido por diversos lugares del pueblo hasta llegar a Miramar.

Gran ambiente en el campo y superioridad local, 3-0 y ascenso a 2ªB. Risas, lágrimas, abrazos, cánticos, llamadas telefónicas (ya no sé cuántas veces nos llamó Burilo), SMS de felicitación, pérdida de papeles e incluso de móviles y a celebrarlo un poco hasta que llegara la hora de ver la final de Champions. Lo previsto era que yo la viera en Las Bárzanas en la finca de Anna, pero no me atreví a coger el coche, así que avisé que llegaría más tarde con las Veros. Del Barça-Manchester solamente vi la 1ª parte, debe ser la primera vez en 20 años o más que me pierdo el partido más importante de Europa.

Llegar a la finca fue un poco difícil, ya que no sabíamos el camino y era bien complicado, pero al final llegamos, picamos algo con la gente que ya estaba allí, tomamos unas botellas y nos fuimos a la fiesta. La de Las Bárzanas es la fiesta de prao que da el pistoletazo inicial de las fiestas en Asturias y siempre está hasta arriba de gente. El camino era cuesta abajo y alguno ya iba lanzado. Ya en el prao encontramos a Frank y ya no paramos de cantar, bailar y tomar sidra. La noche se hizo corta… lo realmente largo fue el viaje de vuelta.

Como ya dije, el camino de vuelta era cuesta abajo, con lo que, como es lógico volver se nos hizo muy cuesta arriba. Y no por la subida, sino porque nos perdimos por grupos, Vero y Vero por un lado, Carlos por otro, Anna con Frank y Diego y Viks conmigo. Viks y yo perdimos a Diego y no sabíamos dónde estábamos, debimos pasar 4 veces por un sitio en el que había que girar a la derecha y seguíamos rectos, dábamos la vuelta y nos perdíamos otra vez. Vero me llamaba para saber dónde estábamos y yo no sabía decirle dónde, pero ellas tampoco lo sabían. Al final llegó Anna y nos encontró sentados en un murín y nos indicó el camino, yéndose a buscar a los demás. Ahí cometí el error de la noche: cogí el teléfono y llamé a alguien. Ese alguien también cometió un error: no rechazó la llamada. De la conversación hay que sacar dos conclusiones: ver la cara de asombro de Viks y que la próxima vez dejo el móvil en casa…

El domingo llegó más gente, barbacoa y retirada, unos a sus casas y otros a Mieres. Sí, más fútbol, ver cómo el Caudal de nuestro Miguelín intentaba no descender a 3ª. Allí nos fuimos Vero, Fredo, Diego y yo y allí nos esperaba Silvia. Resaca, calor, poco fútbol y mucha emoción, dos goles con los que el Caudal forzaba la prórroga, espectáculo arbitral y un gol del Conquense que hacía desaparecer toda esperanza para el equipo de Mieres. Estuvimos esperando a Miguel mientras iban saliendo otros jugadores del equipo. Sus caras reflejaban la tristeza. Salió Miguel, le saludamos y hablamos un rato. Los aficionados de su equipo le daban ánimos y aplaudían y él, que se define como un “tipo duro”, se puso a llorar, haciendo saltar las lágrimas de su hermana, su novia y casi las mías y las de Diego. Nos despedimos y enfilamos camino de Luanco. Me quedé a dormir allí, no quería volver a Sanci con la falta de sueño que tenía, así que una ducha, una buena cenita y el lunes a las 5 de la mañana hacia casa, dejar la mochila, coger la ropa de trabajo y a currar. Ni que decir tiene que tras el curro directo a la cama a terminar de recuperar.

Miércoles ya, el fin de semana se acerca, pero los tres últimos me han dejado pocas reservas de energía. Y es que un finde largo en Madrid, una boda y este intenso fin de semana acaban con cualquiera y más cuando ya no tienes 20 años sino casi el doble. Así que creo que me toca un periodo de relax…